Bad Wilsnak es una estación balnearia a
poco más de una hora de tren de Berlín lo que la hace muy accesible
(foto 1).
Como la población es muy pequeña, se ve en seguida: su ayuntamiento
(foto 2), su iglesia (foto 3), que antiguamente estaba unida a un gran
palacio, pero que ya solo queda el acceso directo que los "señores"
tenían a su palco (foto 4), su interior (fotos 5 y 6), y poco más que no
sea callejear un poco por sus desiertas calles en invierno.
Por lo que viene la gente aquí es por sus baños termales salados (fotos
7 a 15), algunas de sus piscinas con más del 24% de sal lo que
literalmente te hace flotar como si te estuvieras bañando en el Mar
Muerto.
El lugar es de lo más relajante y terapéutico, quedando el cuerpo
estupendo después de un día de baño, bueno, un día o noche porque está
abierto hasta la madrugada y se puede ver la luna llena desde las
piscinas al aire libre y bien calentito hasta en el frío invierno
alemán.
Y si pasáis un fin de semana aquí, el segundo día se puede hacer una
excursión por cualquiera de los caminos marcados que se adentran en los
bosques que rodean Bad Wilsnak. La excursión más popular es hasta un
lugar llamado Plattenburg, poco más de una hora a pie disfrutando de la
naturaleza y los bosques (fotos 16 y 17), hasta un castillo fortificado,
con su lago y todo en medio de un paisaje bucólico (fotos 18 y 19)...