Bangkog. Tailandia

Mayo 1999

La mejor y más ágil forma de ver la ciudad de Bangkok son los pequeños y motorizados triciclos, que se mueven veloces por todos sitios (foto 1), pero recordad que el turista es una presa fácil para el taxista, y más de uno os intentará engañar de varias maneras: con el precio, siempre hay que prefijarlo de antemano y nos evitará sorpresas; con el lugar al que queremos ir, el siempre pretenderá llevaros a las tiendas de arte o joyas para turistas, además de la comisión por vuestras compras, el estado les paga unos bonos para gasolina por turista llevado, por tiempo, si hacéis un recorrido por varios lugares y pagáis por adelantado, cuando salgáis del primer "wat", el taxista ya no estará.
Como de todas maneras no lograreis evitar que os lleve a las tiendas para turistas, exigir que la carrera salga gratis, y ya de paso algunas tiendas sobre todo en las de joyas, es interesante ver trabajar a los artesanos .(foto 2)
También y como en cada ciudad, hay que perderse por sus mercados, aquí especialmente hay frutas exóticas que nunca habréis visto, algunas de aspecto incomible y otras hasta con mal olor, pero todas sabrosas y dulces. (foto 3)
Y para terminar hay que disfrutar de las danzas y vestidos Thai, (fotos 4 y 5), tomadas en la esquina de una pequeña calle, y sin saber que es lo que celebraban.