Menonitas. Ciudad Cuauhtémoc. México

Diciembre 2000

Por fin llegamos a nuestro destino,"Las Barrancas del Cobre", uno de los lugares más fascinantes de México, a quien no haya oído hablar de ellas, le puedo decir, que es una extensa región de enormes cañones y profundos barrancos creados por antiguas erosiones y erupciones, pero para que os hagáis una idea más clara, y aún a sabiendas que las comparaciones siempre son odiosas, las Barrancas del cobre, son 5 veces más anchas y 1,5 veces más profundas que el Gran Cañón del Colorado. 
Por sus dimensiones, aquí hay mucho que hacer y que ver, tiene diversos microclimas, mientras que las partes altas de las montañas pueden estar nevadas, en el fondo de los valles, crece la fauna tropical. Es el hogar de los indios Tarahumaras, y podremos recorrer a pie, a caballo, o con el "Cherokee" remotas misiones, ciudades mineras, cascadas, cataratas, ríos, lagos, manantiales de agua caliente, cuevas, etc.
Nuestra primera excursión es al Parque Nacional Cascadas de Basaseachic, un hermoso marco de montañas arboladas, barrancos y riachuelos, las cataratas están entre las más espectaculares de México con sus 310 m de altura (fotos 1 a 4).
Llegando al Parque, hay un pequeño parking para dejar los vehículos, y desde donde se tienen que andar un par de kilómetros de sendero agradable para llegar a la parte alta de la cascada, una vez allí uno se da cuenta que no es posible ver nada, ya que las dimensiones del lugar son tales, que para poder apreciar la cascada en toda su magnitud, nos tendremos que alejar bastante de ella, no es problema, varios senderos bien marcados y señalizados nos ofrecen alternativas, decidimos tomar el llamado "La ventana".
En seguida Heike y yo nos damos cuenta, que estamos solos, y Encarna no aparece por ningún lado, continuamos andando tranquilos, sabemos por experiencia que ella no se pierde, así que los perdidos debemos ser nosotros, pero los carteles nos confirman que vamos en el buen camino así que continuamos hasta llegar a "la ventana", lugar en el que se nos muestra la cascada con toda su grandiosidad, pero Encarna sigue sin aparecer. Como la tarde se nos hecha encima decidimos regresar a la parte alta de la cascada, y ni rastro de Encarna, continuamos hacia el parking, y a mitad de camino aparece una feliz Encarna, preguntándonos: ?Que pasó?, ?Os habéis perdido? ?Habéis visto la cascada?,en ningún momento se sintió perdida, vamos la verdad es que ni se dio cuenta que se equivocó de camino, aunque eso si fue a dar a otro lugar donde también disfrutó de una estupenda vista de la cascada.Õ.