Hacía mucho tiempo que no
regresaba a mi ciudad, Ana Sofía ya con 7 años y Marco con 3, ambos por supuesto
españoles con su pasaporte, nunca habían estado en la Península. En fin, cosas
que pasan, pero todo llega, y por fin les voy a mostrar Barcelona. Van a ser
apenas cuatro días, y todos estamos muy ansiosos por disfrutar la ciudad.
Nuestro amigazo Ramón y Kathi su flamante esposa a la que sólo conocía por fotos
nos vienen a recibir al aeropuerto para llevarnos a nuestro hotel, pero antes de
eso, ya empiezo a abusar de nuestra amistad, y una vez en su coche, le digo que
tengo un "kaprichen" (es que con Ramón me entiendo bien en alemán), y le digo
que me gustaría que las primeras imágenes que Ana Sofía vea de Barcelona no sean
las de calles repletas de coches mientras estamos en las retenciones de tráfico
que siempre hay a la entrada de la ciudad, que me gustaría que la Barcelona que
vea primero sea una Barcelona desde una perspectiva algo más aérea y despejada.
Y le propongo subir primero a la montaña Montjuic, así que lo primero que vemos
es el Estadio Olímpico, la Fundación Joan Miró (el artista preferido de Ana), y
mucho mucho verde, para llegar hasta el Mirador de l´Alcalde, desde el cual
disfrutamos de una primera estupenda vista panorámica tanto de la ciudad como
del puerto, prácticamente sin ningún coche a la vista (fotos 1 a 4).
Desde aquí se ve todo, y todo parece estar en su lugar, el teleférico del
puerto, el monumento a Colón (foto 5), la catedral, pero también se ven las
novedades que yo por prolongada ausencia no conocía, la nueva Torre de las Aguas
de Barcelona con su aspecto de gigantesco "consolador" (foto 6), o el nuevo y
caro Hotel Vela encarado al mar (foto 7).
Estamos en Febrero y hace un día espléndido, la gente está ya tumbada por la
yerba tomando el sol, y nosotros después de recorrernos todo este privilegiado
balcón varias veces mirando hacia la ciudad, ahora disfrutamos de los jardines y
fuentes de este Mirador de l´Alcalde, llamado así por haber sido inaugurado por
el alcalde José María Porcioles en el año 1969.
No es muy grande, pero si acogedor y divertido para los niños que tiene por
donde saltar (foto 8), correr por el verde o mojarse en sus fuentes (foto 9) y
pequeñas cascadas diseñadas por Carles Buigas, autor también de la Fuente
Mágica. Además el pavimento del mirador es un original mosaico a base de
cerámicas, "culos de botellas" (foto 10), y todo tipo de piezas de hierro,
engranajes, piñones, etc obra del artista Joan Josep Tharrats (foto 11).
Justo a la entrada del parque, un renovado y ahora moderno telecabina, que te
sube más alto aun hasta el castillo, y el monumento al baile típico catalán, la
sardana (foto 12)...