Unos días antes de viajar a la ciudad condal, cambiamos una de
las habituales lecturas de cuentos de antes de dormir con Ana Sofía, por ojear
una guía turística de Barcelona, así que la leímos un rato y vimos unas cuantas
fotos. Al final pregunto a Ana Sofía que ?que es lo que más le había gustado o
interesado?, y sin pensárselo dos veces, me dijo que la foto del Parque del
Laberinto. Y me preguntó que si estaba bien y era tan bonito como en la foto?.
Le contesté que a pesar de haber vivido casi 40 años en Barcelona, pues nunca
había estado y no lo conocía, así que un poco abochornado le prometí que la
llevaría.
Llegamos hasta el mismo parking del parque en coche, y a pesar de ser este
pequeño, pues había mucho sitio. En la entrada un jardín de niños (foto 1),
tampoco había nadie, prácticamente hicimos todo el recorrido solos,¡¡¡ Ni un
solo japonés, increíble!!!, nadie.
Y resulta que no solo es un jardín histórico, aquí se hicieron recepciones a los
reyes Carlos IV en 1802, Fernando VII, o Alfonso XIII, se estrenó la tragedia
"Ifigenia en Tauris" de Goethe, y es además es el jardín más antiguo de la
ciudad del siglo XVII, cuando en 1791 Joan Antoni Desvalls i d´Ardena, sexto
marqués de Llupiá diseñó este jardín neoclásico. En 1967, la familia Desvalls
cedió el Parque al Ayuntamiento de Barcelona, que lo abrió al público en 1971. A
pesar de no parecer necesario, tiene una limitación de máximo 750 personas
visitándolo a la vez, para preservar su ámbito natural.
Con una superficie de 9.1 hectáreas, el jardín está dividido en dos partes:
jardín neoclásico y jardín romántico (foto 2), y por todas partes se encuentran
piezas escultóricas, algunas con ,motivos de la mitología griega, y un gran
número de fuentes y surtidores de agua.
El jardín se extiende por tres terrazas escalonadas. En la inferior se encuentra
la entrada al laberinto vegetal que da nombre al parque (foto 3), formado por
750 metros de cipreses recortados, por los que "perderse" a gusto (foto 4). Se
tiene que conseguir llegar al centro del laberinto, donde se encuentra una
estatua de Eros (foto 5), a la que se llega sin problemas (foto 6), salír ya nos
costó un rato, y reunirnos todos que nos habíamos separado un rato más, pero la
verdad es que la pasamos estupendo y nos gustó mucho más que en la foto de la
guía. Desde la terraza superior se puede ver mejor el laberinto desde una
perspectiva aérea (fotos 7 a 10), pero cuando estás dentro...