Bled ha sido por décadas el destino favorito de los viajeros que pasan
por Eslovenia, las idílicas fotos de su castillo, lago y montañas que lo rodean aparecen
en todos los folletos de turismo del país, y no es para menos, el lugar es de lo más
tranquilo y encantador aun en invierno (foto 1).
Menos claro está el tema de la subida al castillo, aunque al pié de la montaña hay un
gran cartel que anuncia los muchos caminos y senderos de acceso, nosotros debimos elegir el
peor, ya que aunque empezaba amplio (foto 2) enseguida apenas cabía una persona caminando y
menos dos cargando un carro, además con hielo y nieve, realmente estaba empinado y
peligroso, acabamos yendo casi a gatas...
Una vez arriba todo el castillo era para nosotros ( foto 3), no hay mucho turismo por aquí
en invierno, la visita es interesante, pero lo mejor la vista desde arriba del lago con su
pequeña isla y la iglesia en el centro (foto 4)...