Hay multitud de Comunidades Indígenas en la selva venezolana, y la mayoría
de ellas totalmente abandonadas a su suerte desde la expulsión de las
llamadas "Nuevas Tribus", una red de misioneros americanos que por la simple
razón de poseer unas avionetas con las que evacuaban a cualquier indígena
con una emergencia de la selva, y radios para su comunicación, eran la gran
amenaza para el gobierno revolucionario.
Afortunadamente, a todos no los han podido echar, unos por ya ser
venezolanos, y a otros por ser de otras iglesias sin vínculos con los
gringos.
Uno de ellos, es el pastor Ricardo Cayupare de la iglesia Bautista Puinabe
(que es una de las etnias de la zona), que nos quiso
enseñar como trabajan en la selva. Por lo que íbamos a asistir en Caranaven,
a un campamento escolar para niños indígenas, para ello, cada mañana
temprano recogían a los niños en barca de las comunidades cercanas (foto
1), para después reunirlos en Caranaven, la pequeña iglesia de la comunidad
se quedó pequeña para tanto niño (foto 2), que día tras día asistían, tanto
a la misa como al resto del programa, muy variado que incluía clases de
escuela por edades, actividades conjuntas, como juegos, baile, canto (foto
3), y por supuesto y de lo que más necesitados están : comida, al menos esos
días no faltó leche, carne y pescado (foto 4).
Al final de la jornada, todos salían contentos y satisfechos por las
actividades, y siempre con algo nuevo en las manos, ya fuera un simple
trabajo manual realizado por ellos mismos, o los cuadernos en los que habían
dibujado o escrito, tal vez un libro que leer, en cualquier caso, cualquier
cosa era una novedad (foto 5). Pero lo más importante es el amor que
recibían de todos los voluntarios que fuimos a Canaraven a compartir un poco
de nuestro tiempo con ellos, y hacer para ellos un día totalmente diferente,
ya sea tocando la guitarra, jugando al fútbol, o simplemente charlando con
ellos.
Pasará un año hasta que alguien vuelva a visitarlos, a jugar con ellos, a
llevarles medicinas o ropa usada...gracias a Dios que aun quedan
misioneros...