El Castillo de Egeskov (foto 1), es uno de los más atractivos de
Dinamarca, y de los mejor conservados de Europa, construido a mediados del siglo
XVI en ladrillo rojo con dos torres cilíndricas que se reflejan en el agua del
ancho foso que lo circunda (fotos 2,3 y 4). Su nombre Egeskov (bosque de
robles), se le puso, porque según una leyenda, se necesitó todo un bosque
entero de robles para construir sus cimientos.
Igualmente está rodeado de bellos jardines de gusto francés y otros con sello
renacentista y anglosajón (fotos 5 y 6). Posee numerosas fuentes (foto 7),
laberintos (foto 8), y a poco que nos alejemos un poco de el, ya se aprecia que
era un castillo de caza (foto 9).
A pesar que es la residencia privada de la familia Ahlefeldt-Laurvig-Bille desde
1986, se puede visitar su interior (foto 10), desde las cocinas (foto 11), hasta
el cuarto de los trastos viejos (foto 12). Se conservan muebles antiguos,
pinturas, porcelanas chinas, trofeos de caza, algunos de animales ya no muy
comunes actualmente. Además hay una serie de otros edificios contiguos que
también se pueden visitar (foto 13) y que contienen diferentes
exposiciones como trajes de época (foto 14), o el "Veteranmuseum" con unos 300
vehículos antiguos, entre coches, motocicletas, carruajes y carrozas (foto 15).
El lugar es muy grande, y hay que preveer pasar casi toda una jornada aquí, para
poder disfrutar de este magnífico castillo con puente levadizo y todo, y sus
jardines, a los que se han añadido zonas para juegos con niños y restaurantes,
columpios, y puentes colgantes entre los árboles, por lo que la diversión como
si de un día de campo se tratase, está asegurada para toda la familia...