Nuestra avioneta nos devuelve sanos y salvos a Ciudad Bolívar, y allí nos
tomaremos un día de descanso para reponernos de nuestra aventura selvática, ver
la ciudad, y continuar el viaje con mi hermana que nos visita con su familia
esta vez en dirección Este, hacia otra de las grandes zonas inexploradas de
Venezuela: el Delta del Orinoco.
El casco antiguo de Ciudad Bolívar está precioso, limpio, y muy bien pintado y
restaurado, da gozo pasear por sus calles empedradas (foto 1) y fijarse en sus
balcones y ventanas coloniales, y al atardecer el sol lo ilumina todo y los
tonos pasteles de las casas brillan más aun si eso es posible (foto 2).
En el centro del casco histórico, como no, la Plaza Bolívar, y presidiéndola, la
catedral (foto 3), totalmente restaurada , ya que los españoles la quemaron al
ser vencidos, pero más tarde se consiguieron los planos originales en el archivo
de indias. Igualmente es interesante visitar, también junto a la plaza la Casa
del Congreso de Angostura, en donde en una visita guiada muy interesante os
explicaran su historia desde que se construyó en el siglo XVIII, aquí fue donde
Simón Bolívar presidió el Congreso de Angostura, y pronunció su histórico
discurso proclamando la creación de la "Gran Colombia". Otra curiosidad que
veréis desde aquí, es la Piedra del Medio (foto 4), a la que Humboldt denominó
"Orinocómetro" en 1800, ya que era su referencia para medir las crecidas del
río.
Otra ciudad diferente es bajar al río y pasear por el "Paseo Orinoco", es
diferente porque ya no es tan relajado, ya está lleno de gente paseando arriba y
abajo, bulla y rumba por todos lados, las mayores concentraciones las
encontrareis en las licorerías, siempre llenas y con música a todo volumen (foto
5), y cruzando la calle, el gran río, también con su bullicio, barcas,
pescadores, vendedores ambulantes, un variopinto lugar para esperar la puesta de
sol con el Puente de Angostura sobre el Orinoco como fondo (foto 6)..