Pensar en el Caribe, es pensar en playas, y Curazao como
cualquier destino turístico del Caribe, es destino de playas, sin embargo este
es el punto más flojo de la isla. Y no es porque no posea playas preciosas,
tranquilas, o bien cuidadas, sino porque las mejores, las que tienen algún tipo
de servicio, o simplemente las más accesibles, son de pago, y todas las que
poseen un complejo hotelero, residencial, o con villas, pues son privadas y de
acceso prohibido.
Por ejemplo la playa de nuestro hotel termina de esta horrorosa manera con una
valla metálica hasta dentro del agua (foto 1), si quieres continuar paseando por
la playa, te puedes colar, pero te sientes un intruso...
Por supuesto que las de pago, de alguna manera lo valen, están limpísimas,
tienen sombrillas y tumbonas (más cargo extra, claro), servicio en la playa,
duchas, baños, parking vigilado, etc. En la (foto 2) la playa de pago de Jan
Thiel.
Así que nos fuimos a lo más alejado de la isla, en busca de playas sin candados
ni barreras, y las encontramos, tampoco había turistas, como en la playa de la
población de Lagún (foto 3), solo los locales de la población. Encontramos
playas preciosas como la de Knip (foto 4), y ya llegando a lo que más
puedes alejarte de la capital cerca de Westpunt, ahí ya es que están totalmente
desiertas (foto 5).
En la playa del Seaquarium, otra de las privadas a la que nos colamos, mientras
estábamos tranquilamente tomando el sol, Ana Sofía se puso a gritar
"Guau-guau, guau-guau",palabra con la que designa cualquier bicho de cuatro
patas, es lo mismo que sea un camello, o como en este caso un pacífico
lobo-marino que también se estaba intentando colar en la playa y por poco nos
descubren a todos...(foto 6)...