Desde el momento que se aterriza en Dubai, hay que estar preparado
para impresionarse, y hacerlo de todas las maneras inimaginables:
"Ostentación" es la primera palabra que viene a la mente al ver el
lujoso aeropuerto con sus palmeras doradas (foto 1).
"Futurista" fue la segunda al ver la estación del metro que llega
hasta el y que se mantiene en todas las líneas. Y es que el metro (foto
3) casi se merece un escaner aparte para el solito.
"Lujo", solo hay que mirar en su interior, simplemente impecable (foto
4). Pero lo mejor es que es totalmente automático: las puertas de acceso
solo se abren cuando el tren está detenido en la estación (fotos 5 y 6),
y además no lo conduce nadie (foto 7), por lo que puedes disfrutar de
las vistas desde el morro (foto 8), y cuando digo disfrutar es disfrutar
porque parece que estas en otro planeta, o mejor en otra era , una "era
espacial" (fotos 9 a 11).
Los autobuses no se quedan cortos, y no porque sean diferentes a los que
conocemos si no porque cada parada tiene su habitáculo con aire
acondicionado, imprescindible para soportar los más de 40° que puede
hacer a la sombra en un día normal (foto 12), y que harían insoportable
e inhumana la espera de un simple autobús.
Pero si el transporte público no os convence siempre se puede alquilar
un coche y disfrutar de anchas carreteras y tanto dentro como fuera de
la ciudad, relativamente poco tráfico (foto 13) y una de las gasolinas
más baratas del mundo...