Al día siguiente de llegar de la playa del sur de Europa, nos vamos al otro lado
del continente europeo, al norte: a Oslo la capital de Noruega. Tradicionalmente
los países nórdicos no son muy visitados por los viajeros del sur de Europa, el
motivo es claro, económicamente no está al alcance de cualquiera. Pero los
tiempos han cambiado, y con esto de los vuelos baratos, llegar a estos destinos
puede salir más barato que pasar una tarde con los peques en el McDonald´s de la
esquina. Nuestro vuelo con Ryanair desde Berlín a Oslo nos costó con todos los
impuestos y tasas 6€ por persona y trayecto, o sea por toda la familia 4
personas pagamos 48 €. Si a esto le sumamos que tenemos una amiga en Oslo que
nos invita a su casa, y nos ahorramos el hotel, pues Europa del Norte prepárate
que para allá vamos.
Lo normal es que una visita a una ciudad comience tranquilamente por su centro,
y el último día hacer alguna excursión por los alrededores, pero como aquí ya es
invierno y hace frío al amanecer el primer día espléndido, azul y soleado,
decidimos irnos directamente a la montaña, por si luego empeora.
Ir a la montaña a caminar en verano, o a esquiar en invierno no es un gran
problema, ya que se accede a estas cómodamente en metro, aquí llamado "T-bane".
Y nos vamos hasta el final de la línea 1 hasta Frognerseteren. Tal como nos
bajamos ya lo encontramos todo nevado (foto 1), aquí hay una estación de skí, y
nos encontramos en plena montaña. Al ser un punto de partida de numerosas
excursiones, hay muchos restaurantes donde tomar algo calentito, son grandes,
acogedores y construidos en madera (fotos 2 y 3). Nos encontramos a más de 400
metros sobre el nivel del mar, o mejor dicho del fiordo de Oslo (fotos 4 y 5).
Dando un a vuelta por los alrededores mientras nos decidimos sobre que excursión
hacer, vamos viendo algunas casitas típicas de campo nórdicas (fotos 6 y 7),
siempre en madera y de lo más trabajadas.
Desde aquí podemos por ejemplo, llegar caminando hasta el final de la línea 3,
ir a algunos lagos cercanos, seguir cualquiera de una multitud de senderos
señalizados, o simplemente disfrutar del sol. Al final nos decidimos por subir
al Tryvanshogds, la montaña más alta de esta zona, bueno no es muy alta : 529
metros, pero es un paseo de unos 3 kilómetros. Según vamos tomando altura vamos
dejando abajo la ciudad de Oslo y su fiordo (foto 8). Los caminos ya están
nevados (foto 9), los ríos congelados (foto 10), y los lagos también (fotos 11 y
12), no se como estará esto en pleno invierno???...