Cuando la carreterita de montaña desciende de nuevo al mar, ya
cerca de Puerto la Cruz, lo primero que vemos, es claro el mar, y delimitando
este, unas filas de palmeras que suelen indicar playa (foto 1). Preguntamos
?como se llama? y ? que tal está?, y nos dicen que es la Playa de Conoma, y que
está muy bien, pero sobre todo que es muy segura. Unos metros más adelante
averiguamos porqué. Para acceder a la playa hay que pagar un pequeño peaje, con
el que pagan limpieza y seguridad. La primera en forma de cubos de basura por
toda la playa, y la segunda con vigilantes de una empresa de seguridad armados,
que de vez en cuando se dan una vuelta, pero la mayor parte del tiempo se la
pasan a la sombra bajo una palmera. Creo que vale la pena pagar esa pequeña tasa
por la seguridad, limpieza, y algo de orden a la hora de aparcar el coche, cosa
que no ocurre en todas las playas.
La playa está muy bien, con mucha sombra, ya que los árboles y palmeras llegan
hasta la orilla, por lo que enseguida montamos nuestro modesto pic-nic (foto 2),
nada comparado con los que están a nuestro lado que comienzan a montar una
super fiesta de cumpleaños con carpas, globos y muchísima comida (foto 3). ?Os
imagináis vuestro próximo cumpleaños bajo las palmeras en una playa tropical?,
me parece genial, y los niños se lo debieron pasar bomba.
Pues con esa alegría y muy contentos porque nos lo hemos pasado estupendo,
porque no hemos tenido ningún problema y porque hemos recorrido unos lugares de
una gran belleza, nos hacemos la foto de fin de viaje en esta misma Playa de
Conoma (foto 4), una de tantas que se pueden visitar en la Península de Paria,
en el estado Sucre venezolano...