La ciudad de Gerona (Girona en catalán), a pesar de no ser muy
conocida turísticamente, se esconden en ella lugares increíbles que os
dejarán boquiabiertos.
Se encuentra en la confluencia de cuatro ríos: el Ter, el Onyar, el
Güell y el Galligants. Tal vez la foto más conocida de la ciudad es
precisamente las casas de colores del Onyar (foto 1). Después caminar
por sus viejos soportales (foto 2), y estrechas callejuelas muchas en
subidas con escalinatas (fotos 3 a 5) hay que pasear tranquilamente por
su casco antiguo, visitar sus monumentos, museos y plazas. Durante ese
recorrido seguramente acabareis en las escaleras de acceso a la
Catedral (fotos 6 y 7), datada del siglo XIV combina el estilo barroco
con elementos del gótico y el renacimiento. Y muy cerca de ella los
baños árabes (fotos 8 a 11), una obra arquitectónica perfecta que no
hay que perderse visitar. Continuaremos subiendo por los parques detrás
de la catedral y llegaremos a las viejas murallas carolingias de la
ciudad a las que te puedes encaramar y recorrer desde lo alto (fotos 12
y 13). Las vistas desde aquí son espectaculares tanto sobre la ciudad
como hacia las montañas de los pre-pirineos (foto 14), aunque en días
buenos se alcanza a ver también los Pirineos y sus cimas nevadas.
La (foto 15), no podía faltar y es un balcón típico con una bandera
(senyera) reivindicativa de la independencia catalana, que forman parte
del paisaje en cualquier ciudad catalana...