En esos tiempos de abundancia y lujo que vivió Manaos, los comerciantes
mandaban a sus hijos a estudiar a Europa, y sus predios, eran construidos
exclusivamente con materiales y diseños europeos. Y entre todas esas
construcciones que quedan de la bondadosa época de la explotación del caucho,
destaca el famoso Teatro Amazonas (foto 1), que después de ser declarado
patrimonio nacional, fue dejado en perfectas condiciones luego de restaurar sus
detalles y colores originales (foto 2). La mayoría de los materiales necesarios
para su construcción original fueron traídos de Europa. El domo está cubierto
con 36.000 baldosas de cerámicas decorativas con los colores de la bandera
nacional. El auditorio de tres pisos acomoda en cómodas butacas a 640
espectadores, y el telón alusivo al encuentro de las aguas de los ríos Negro y
Amazonas que se produce en Manaos, está pintado a mano por Crispim do Amaral en
París. El techo también pintado a mano con escenas de música, danza y drama, y
con un gran candelabro de luces de intensidad variable, y justo sobre este
pintado en el techo una imitación de una de las vistas que se ven desde la Torre
Eiffel. Y para evitar que los ruidos perturben a los espectadores, toda la parte
interna tiene el piso de madera ajustada sin usar ningún clavo ni adhesivos, y
en el exterior los bloques situados adyacentes al teatro están cubiertos de
caucho con la misma finalidad de impedir que las carrozas y carruajes causen
ruidos molestos al llegar.
El teatro está construido en 1888 en la Plaza de Sao Sebastiao (foto 3), donde
también se encuentra la Iglesia del mismo nombre, y en el centro un Monumento
conmemorativo a la "Abertura dos Portos", y todo el suelo con un bonito diseño
alegórico al "encontro das aguas"(foto 4).
Toda la plaza está limpísima, y las casitas que la conforman restauradas y
pintadas como nuevas ( foto 5), por lo que hace de este un lugar agradable donde
pasear y dejar correr y jugar a los niños...