Miles de caminos atraviesan este alucinante y antiguo territorio, y todos
ellos conducen a algún apartado lugar lleno de belleza, uno de ellos va al velo
de la novia, una cascada solitaria y perdida. Para llegar cruzaremos lugares
increíblemente bellos (foto 1), y nos encontraremos con solitarios pobladores de
la Gran Sabana (foto 2).
Desde donde dejamos los carros, un corto camino a pié por un bosque (foto 3),
llega hasta el salto cuyas aguas caen peldaño a peldaño (foto 4) sobre los
continuos y cortos salientes de roca, haciendo emerger borbotones de blancura de
espuma que tapiza de arriba abajo esta caída de agua, por lo que verdaderamente
se asemeja a un velo de una novia.
Pero no solo hay que admirar el espectáculo, hay que probar sus refrescantes
aguas de tonos verdosos (foto 5), y así sumergidos en esta belleza natural dejar
pasar el tiempo disfrutando del agua , la roca, la selva y de este apartado
lugar.
Tal vez tanta belleza, naturaleza, aventura y lugares recónditos sea demasiado
para una pequeña cabecita como la de Ana Sofía, que no puede sino caer rendida
a los pies de la selva, agotada a su merced...