Se acaba nuestro tiempo en este vasto espacio de terreno de aventuras que es
la Gran Sabana venezolana, así que nos vamos retirando hacia la salida del
parque. Nuestra última noche y nuestro último campamento será en el Salto Kawi,
también al lado de la carretera principal (foto 1). Este lugar básicamente solo
es un espacio donde acampar, justo encima del río y del llamado Salto Kawi (foto
2). Si bien el salto lo tenemos a escasos metros, bajar está peliagudo, a pesar
de que hay unas precarias barandillas, en las cuales es mejor no apoyarse mucho
(foto 3). Pero luego la poza para bañarse es (ya sabréis lo que voy a decir),
fantástica...(fotos 4 y 5).
Creo que aun no os había hablado de un molesto "bichito", endémico de la gran
sabana, y especialmente del Salto Kawi, llamado "puri-puri". Aquí parece tener
su cuartel general. Es como un mosquito, pero muy pequeño, y su única misión es
la de chupar la sangre a los humanos, les encanta fastidiar el baño y
alterarnos, y de verdad que su picadura (puya, como dicen por aquí), hace daño.
Además ataca en manadas, y le encanta y atrae el repelente de insectos. No hay
nada que hacer, que no sea irse del río, lo intentamos todo, incluso
ahuyentarlos poniéndonos barro o pintándonos como los indígenas (foto 6), nada
de nada. Dicen que lo único que los ahuyenta es el olor de la vitamina B, pero
cualquiera se pone eso en el cuerpo, el terrible olor se te pega al cuerpo por
días, es preferible que te puyen los "puri-puri"...