En el Zugspitze, nos encontramos con una curiosidad que me gustaría que
conocierais, se trata de un hotel-iglú donde cualquiera puede venir a alojarse.
Lógicamente es el hotel más alto de Alemania, con unas vistas increíbles y
vertiginosas, y me imagino que para un amante de la montaña, estar aquí al
amanecer antes que lleguen los turistas o esquiadores solo con esta naturaleza
virgen debe ser una experiencia maravillosa.
Realmente se trata de una cadena de hoteles-iglú (es en serio, podéis consultar
su página web y reservar si no me creéis:
http://www.iglu-dorf.com/index.php?lang=spanish ), estos se encuentran en :
Engelberg, Gstaad, Davos, Zermatt, Grandvalira en el Pirineo Andorrano, y este
del Zugspitze. Y cualquiera es una excelente opción para relajarse y
desconectarse de la civilización, sin tele, ni radio, solo estrellas y aire bien
fresco de alta montaña.
Este del Zugspitze por fuera no parecía gran cosa (foto 1), pero una vez
cruzamos su puerta principal (foto 2) la cosa cambia: pasillos amplios tallados
en el hielo (foto 3), por todos lados mesas y taburetes para compartir charla
con otros huéspedes (fotos 4 y 5), todo muy austero, los materiales que se usan
aparte del hielo son : troncos de madera para los taburetes y mesas y suaves
pieles de oveja para no sentir fríos los asientos o camas. Mucha decoración, ya
sea tallada en el hielo o en relieve como este magnífico Mamut (foto 6). Las
habitaciones también simples: cama de duro hielo pero recubierta de pieles (foto
7), estanterías y armarios tallados en el hielo, bueno, realmente todo está
tallado en hielo, hasta las lamparitas de noche son de hielo (foto 8).
En cualquier caso, si no estáis decididos a pasar una noche en uno de estos
hoteles-iglú, siempre os podéis pasar por su bar y tomar un delicioso vino
caliente, y de paso lo conocéis...