Karlovy Vary, también conocido por el nombre alemán de Karlsbad,
es el gran balneario de la Bohemia Checa, conocido por las propiedades curativas
de sus aguas desde hace un milenio, y aun usadas ampliamente en la actualidad.
Usado desde los tiempos de los romanos, fue a partir del reinado de Carlos IV
cuando se dio a conocer, y desde entonces este espectacular valle ha sido
frecuentado por la nobleza y la realeza. No hay más que entrar al centro para
ver la opulencia de sus calles y edificios (foto 1), sus iglesias católicas
(foto 2) u ortodoxas (foto 3).
En la población hay muchos hoteles-balneario para quien viene en busca de
curas, pero la mayoría de gente prefiere pasear por el centro y beber
directamente las aguas medicinales de los manantiales.
Como la población se encuentra en un estrecho valle, es muy fácil recorrerla.
Los manantiales se suceden por el centro. los principales están cubiertos unos y
porticados otros, por lo que pasear o tomar agua es de lo más tranquilo
independientemente de las condiciones climatológicas exteriores (foto 4). La
fuente principal se llama Vridlo, y se encuentra dentro de la Vridelni kolonada,
un recinto construido en mármol y cristal en 1975. Esta fuente es tan caliente y
vigorosa y el agua aflora con tanta fuerza que pareciera un geiser (foto 5). Las
demás son más tranquilas, y en todas pone además de su nombre, la temperatura a
la que mana (foto 6), eso es importante para no quemarse la boca o los pies
(foto 7). Parece que es tradición llegar a las fuentes a beber en una especie de
jarritas decoradas de muchas formas (foto 8), y de las que hay tiendecitas por
todos sitios (foto 9). Pero bueno también se puede beber como se ha bebido de
una fuente toda la vida (foto 10), pero repito !ojo! algunas manan a más de 70°C
(foto 11), en esas la jarrita se impone (foto 12).
Hay varias zonas de manantiales, todas en el centro, y todas con soportales o
corredores con columnas llamados "kolonadas", algunas de mármol, otras de madera
(foto 13), incluso algunas fuentes separadas o como la de la (foto 14), que se
encuentra en uno de los parques, tiene su propio cobertizo decorado para
disfrutarla.
Quien se canse de beber agua, puede pasarse por el Museo Jan Becher, dedicado a
una bebida de hierbas, que está realmente espectacular, y que sirven como
aperitivo en las comidas, este tónico fue inventado por Jan Becher aquí en
Karlovy Vary en el siglo XVIII, y desde 1807 se produce comercialmente con el
nombre de Becherovka (foto 15)...