El primer día que vimos el Lago Issyk-Kul, hacía un tiempo
desapacible, frío y oscuro, no obstante, lo primero que hicimos fue improvisar un pequeño
pic-nic, sobre el calentito capó del coche (foto 1), y es que habíamos llegado al segundo
lago de montaña más grande del mundo después del Titicaca sudamericano.
Como tardamos varios días en darle la vuelta, tuvimos oportunidad de hacerle más
fotos, incluso algunas hasta con buen tiempo, paseamos por algunas de sus playas aunque sin
bañarnos (foto 2), a pesar de que este lago situado a 1608 metros de altura nunca se congela, unos dicen que por su origen termal, pero también circula la versión de que los
chinos hacían al otro lado de la frontera sus pruebas nucleares subterráneas y el agua
que se filtra allí llega al lago.
Mucha gente depende de este lago para subsistir, y es que junto él siempre hay pasto
fresco para el ganado, vimos incluso camellos (foto 3), que lógicamente no son de aquí, pero
los usan en verano para pasear a los turistas, y ahora campan a sus anchas por las orillas
del Issyk-Kul.
Pero lo más impresionante claro está es el paisaje, ya que nos encontramos totalmente
rodeados por montañas que superan miremos por donde miremos los 4000 metros de
altura (foto 4)...