El postre típico húngaro es el Kürtoskalács, tiene su origen en Transilvania (antes territorio
Húngaro) y ahora de
Rumania y era un postre que se hacía para las bodas, pero ahora lo
podréis encontrar en Budapest en cualquier esquina
y sobre todo en los mercadillos y fiestas populares del
país.
El primer registro escrito data de 1679 y se encontró en la aldea de Úzdiszentpéter (ahora Sânpetru de Câmpie), mientras
que la primera receta aparece en un libro de cocina manuscrito fechado en 1781.
El kürtoskalács está hecho de masa dulce de levadura, la cual se hila en una tira y luego se envuelve alrededor de un asador de
hornear en forma de cono truncado, previamente la masa se impregna de mantequilla para que se le pueda
adherir azúcar granulada. Se asa sobre carbón
hasta que su
superficie adquiera un color marrón dorado. Durante el proceso de horneado, el azúcar pegado a los kürtoskalács se carameliza y forma una
corteza crujiente y brillante. Después la superficie del pastel se puede cubrir con ingredientes adicionales como nuez molida o canela en polvo.
Si viajas por Europa puedes encontrar este postre con los siguientes
nombres, en Alemania se llama Baumstriezel, en Chequia y
Eslovaquia Trdelnik o Trdlo, en Rumania Kürtoskalács, en Inglaterra Chimney Cake.
Este nombre se refiere a un tubo de estufa (kürto), ya que el pastel fresco y humeante al
sacarlo de las brasas se asemeja a una chimenea caliente.
Y así recién sacado de las brasas y humeante es como hay que comerlo...
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