Magdeburgo (foto 1), es una ciudad situada en una encrucijada de importantes
vías comerciales en el curso medio del río Elba (foto 2). Fundada por el
emperador Otón I el Grande ha sido destruida repetidamente en diferentes
guerras, pero siempre ha sido reconstruida, y hoy se ve agradable (foto 3) y con
mucho que ver para el turista.
Comenzaremos por la catedral (fotos 4 a 9), dedicada a San Mauiricio que data
del siglo XIII y es la primera tentativa de instalar el estilo gótico en tierras
germánicas imitando las grandes catedrales francesas. Sus torres alcanzan los
103 metros de altura.
Hay muchas más iglesias interesantes como la de Johanniskirche (Iglesia de San
Juan) (fotos 11 a 13), que es la iglesia más antigua de Magdeburgo, que ya
aparece documentada en el 941, aunque hoy está totalmente reconstruida ya que
quedó reducida a escombros durante la Segunda Guerra Mundial. En su entrada hay
un monumento conmemorativo a Lutero que predicaba en esta iglesia allá en el
1524.
También es interesante el Convento de Nuestra Señora (Kloster Unser Lieben
Frauen) del siglo XI, su iglesia abacial es hoy utilizada como sala de
conciertos, y sus salas son el museo de Bellas Artes de la ciudad. Su claustro y
sus tejados cónicos son muy interesantes (foto 14).
El Ayuntamiento (foto 15), es un edificio barroco de dos plantas, y está
precedido por una copia con un baño de oro de la célebre estatua del Caballero
de Magdeburgo, una de las figuras ecuestres más antiguas de Alemania cuyo
original se encuentra en el Kulturhistorisches Museum.
Veréis muchos más edificios interesantes paseando por la ciudad: por ejemplo los
antiguos juzgados (foto 16), o las modernas colonias de viviendas (foto 17).
A otros os sonará la ciudad de Magdeburgo por el famoso experimento del físico
Otto von Guericke (1602-1686) el que descubriera el vacío y realizara aquí
públicamente una demostración más cirquense que científica a la que asistió el
propio emperador en el año 1654. El experimento consistía en dos hemisferios
huecos de cobre (foto 18) a los que se extraía el aire del interior. Una vez
teniendo vacío en su interior ató cada hemisferio a un arnés tirado por ocho
caballos, que no lograron separar ambas mitades. Simplemente abriendo un grifo y
dejando entrar nuevamente aire al interior de la esfera, las dos mitades se
separan sin dificultad, fue el principio de la máquinas neumáticas. Hoy en día
no hay universidad o escuela que se precie que no tenga un pequeño modelo a
escala de los Hemisferios de Magdeburgo en el que ensayan con vacío sus
alumnos...