La Catedral de Milán, más conocida como "El Duomo", es el
edificio más emblemático de la ciudad, es de estilo gótico y se encuentra en el
mismo centro de la ciudad, en la llamada, claro "Piazza del Duomo". Con 157
metros de longitud y espacio en el interior para más de 40.000 feligreses, es
una de las catedrales católicas más grandes del mundo (fotos 1 a 4). La
catedral, toda de ladrillo pero revestida de mármol rosa, es característica por
sus grandes vidrieras (foto 5), y una infinidad de pináculos y torres coronadas
por estatuas (foto 6), siendo la estatua de cobre dorado llamada "Madonnina" el
punto más alto del templo. Como sus dimensiones son colosales, sus puertas
principales también lo son e impresionantemente trabajadas (fotos 7 y 8).
Una vez dentro se aprecian mejor sus grandes dimensiones con un aspecto
estilizado y amplio gracias a las largas columnas de mármol con estatuas
talladas que llegan hasta el techo (fotos 9 a 11) y su tenue iluminación
proveniente de sus vidrieras (fotos 12 a 14). Su decoración se basa en grandes
cuadros colgados representando escenas religiosas, varias estatuas y hasta
esqueletos de diferentes santos ataviados con sus mejores galas.
Su mayor tesoro es un clavo de la cruz de Cristo situado en una bóveda del techo
tras el altar, aunque para admirarlo hay que venir aquí el sábado más cercano al
14 de septiembre que es cuando se saca del lugar en el que se guarda para que
los fieles puedan admirarlo.
Otro lugar interesante por su perspectiva y vistas de las columnas y pináculos,
es subir a la terraza de la catedral que prácticamente ocupa toda la superficie
del tejado ofreciendo espléndidas vistas de la plaza.
Este lugar y la Piazza del Duomo es muy popular y está siempre abarrotado de
turistas, tarimas para escuchar música o mítines políticos, incluso y ya que
estamos en la capital de la moda europea, se puede llegar a observar alguna
sesión fotográfica usando como fondo la fachada de la catedral (foto 15)...