Pico Moussala. Rila. Bulgaria

Agosto 2003

Un grupo de montañeros de un club de Alcañiz se ponen en contacto conmigo a través de internet, han visto algunas fotos mías de las montañas de Bulgaria, y me preguntan sobre la posibilidad de hacer alguna travesía. Después de unos intercambios de mails ya están decididos, y se presentan por aquí, y a tienen buena experiencia montañera en varios países por lo que no es que me necesiten para nada, así que con un par de mapas que les consigo y una bienvenida en el aeropuerto están de lo más felices y contentos (foto 1), circunstancia que yo aprovecho para auto invitarme a acompañarles a su primer objetivo "el Moussala" cima culminante del país (y de los Balcanes). (foto 2)
La ascensión a la montaña (foto 3), no plantea ningún problema técnico salvo los 1000 metros de desnivel que hay que subir desde la estación superior del telecabina de la estación de Borovets, pero es una de esas montañas que con buen tiempo y buena compañía es un disfrute tanto la subida como la bajada (foto 4)...

PD.-A continuación va el artículo original que se publico en la revista del club de montaña "La Cordada" de Alcañiz, sobre la travesía completa que realizaron cruzando los macizos de Rila y Pirín, y que tuvieron la gentileza de enviarme, creo que es muy interesante ya que lo que yo os cuento de Bulgaria, es la visión de alguien que vive en el país, mientras lo que ellos cuentan la visión del turista-viajero-montañero que llega a Bulgaria por primera vez y recorre el país por sus propios medios y las situaciones que viven...


Victoria, Sagrario, Javier, Patricio, Oscar y Paco han viajado el verano del 2003 por las montañas de Bulgaria, recorriendo los caminos que en su día Carlomagno cruzó. Lo que viene a continuación es un relato del viaje de estos seis socios del Club La Cordada. El autor, a veces en tercera, otras en primera persona nos descubre una mundo subjetivo y muy vivo, como es el pueblo búlgaro.
-Mi viaje por BULGARIA 
Siempre que salgo de viaje pienso escribir una novela de las cosas que me pasan. Empezar diciendo el primer día hice esto, el segundo lo otro y así hasta el final con un epílogo de éxito por supuesto, a nadie le gusta perder. Para sentirte un desgraciado no necesitas de nadie que te compadezca, que te diga ¡pobrecito!, lo que te convierte aún en mas miserable. No voy a escribir ninguna novela esta vez, porque además de que no estoy motivado, mi viaje a Bulgaria no ha sido una novela sino más bien un libro. Lo que os voy a contar es el extracto del libro que escribí y después vosotros juzgareis si merezco compasión o envidia.
Lola la Sefardí.-
No olvidaré nunca a esta mujer de edad mayor, pelo cano y muy guapa. Todo empezó cuando nos disponíamos abandonar Borovets, estación de esquí invernal que ahora en verano está un poco abandonada. Ciudad montada para guiris en medio de un bosque, macro hotel ruso incluido, lleno de chiringuitos para cenar y tiendecillas de material deportivo. Pensamos que ya estaba bien de tanta galbana y que ya era hora de empezar nuestra ruta de varios días por las montañas de Bulgaria. El día anterior, segundo día de nuestra estancia, habíamos subido al Moussala (2925 m) el pico mas alto del país. Un teleférico, te quita mil metros pero luego te toca subir otros tantos. No ofrece ningún problema, salvo el propio desnivel. Como decía, estamos saliendo de la ciudad hacia nuestro objetivo el parque de Rila, una antigua Wolsvagen nos va a llevar a Samokov ciudad de paso y allí buscaremos otro medio de transporte. Justo cuando va a salir, de rondón se cuela una mujer mayor que viaja con su marido, lleva alguna joya, una bolsa de plástico por maleta y nos va a acompañar en nuestro corto viaje. Empieza a hablar en un español con acento italiano. Nosotros.- ¿Es Vd. italiana? Ella.- No. Hablo el viejo español. Lo hemos aprendido de nuestros padres, somos de aquellos que fuimos echados de España. Nos cuenta que nacieron allí y que cada verano vuelven a pasar unos días. Lola se encargó de negociar nuestro viaje a Malyovitsa, (cerca de Samokov), por 5 levas nos llevará hasta la entrada al parque, desde allí entraremos en Rila y sus montañas. Sobre la marcha la discusión con el chofer va en aumento. El chofer nos quiere subir a 7 levas, ya que 5, lo ha pensado mejor y se le hace barato. Lola nos dice que su marido que está discutiendo con el chofer, le está diciendo "que no es hermoso lo que está haciendo" (utilizo su misma expresión), al final se queda en 6 levas (500 Pts. de las de antes), lo que sigue siendo una ganga para nosotros. Nos despedimos sonrientes de la mujer y su marido que tan amable había sido y poco después lo hacemos del chofer con cara de perro que coge nuestro dinero y se va.
Los Monasterios.-
Sabíamos que la bajada al monasterio de Rila iba a ser mala. En la cima del Moussala, habíamos coincidido con otro grupo de montañeros / as de la Universidad de Murcia, ellos venían de allí. Habían salido del monasterio justo por donde nosotros íbamos a bajar. Nos lo habían advertido, ¡es horrible!. Lo veíamos en el plano que nos había comprado José Luis, más adelante dedicaré un capítulo a este personaje, si se me permite llamarle de esta manera, así y todo decidimos atacar este lugar bajando una cuesta empinadísima de solo 1400m. llena de hierba y culebras. El día empezó con una subida de 1300m hasta el pico Malyovitsa, un sube y baja y un collado que permite ver el Monasterio de Rila. Nosotros: ¡Allí abajo está, si se puede tocar con la mano!. Son las 14:30 y ya vemos el monasterio donde también pensamos dormir. Sabemos que podemos hacerlo dentro del monasterio, en una estancia de las muchas que tiene. Durante nuestro viaje tuvimos la suerte de visitar dos monasterios de los muchos que tienen, pues aunque este país, ocupado durante 500 años por los turcos y 100 por los rusos sigue teniendo una población de religión ortodoxa principalmente, aunque también musulmanes y cristianos, estos últimos actualmente en auge. Pienso que cuando una persona no tiene nada mas que pobreza le queda el consuelo de los supraterrenal y para esto es necesario tener fe, creer en el más allá. Después están los que viven de esta debilidad humana, pero esta materia no la vamos a analizar ahora y sigo. Tanto el monasterio de Rila como el de Rozen, uno enorme con cuatro plantas y el otro mas pequeño con dos, son dos fortalezas con paredes irregulares que encierran una iglesia ortodoxa plantada en el centro del patio. La iglesia llena de frescos, similares a los presentados en Rumania, con la escalera por donde se descuelgan los que han pecado y caen al infierno, el cielo aparece como lo que es necesario alcanzar con limosnas y plegarias y todos los santos que conocemos y alguno mas, aparecen en los frescos que ocupan todos los rincones que se pueden pintar de las paredes de la iglesia, es decir, toda ella está pintada por adentro y por afuera. La madera se hace presente, siendo otro componente de decoración y de utilidad, escaleras, vigas, tejados, puertas, techumbre, etc. está fabricado en madera. El interior de la iglesia con enormes porta velas de bronce, a dos alturas. Los creyentes compran cirios de color ámbar delgados y cortos en el quiosco de la puerta y los pinchan. Mas adelante supimos que si lo ponen en la parte de arriba, es para una plegaria a un vivo y si lo pinchan en la ceniza de la parte de abajo es por un muerto. El interior suele estar muy rico, aquí las pinturas un poco ennegrecidas por la calefacción de leña que se pone en invierno y el humo de los miles de velas siempre encendidas. Una característica de este religión ortodoxa es que quien ha sido malote durante la vida terrenal no vale el arrepentimiento, vas de cabeza al fuego de los malos. Así es que si estás pensando en cambiar de religión o dejar de ser ateo, piénsatelo dos veces pues puedes vivir amargado el resto de tus días si eliges esta, solo pensando lo que te espera. Las fuentes dentro del monasterio son de mucha utilidad, pensadas para dar de beber al peregrino, hoy también lo hacen con el turista o visitante. El de Rila tiene dos puertas que acceden al patio bajo soportales, el de Rozen una sola y la puerta todavía tiene signos de balas, de otros tiempos menos pacíficos. Ya se me olvidaba, desde el collado hasta el monasterio fueron 3:30 horas de ininterrumpida bajada en zig-zaj, lleno de resbalones por la hierba y lo empinado del terreno, tuvimos suerte con las culebras, ese día estaban de paseo por otro valle, antes de llegar una lluvia torrencial nos vino a refrescar. Calados hasta los huesos y maltrechos de tanta bajada, nos alojamos en la ciudad-monasterio en el único lugar que todavía tenía plazas. Después descubrimos el porqué. Un hotel caro y malo. En Bulgaria es legal que a los extranjeros nos cobren el doble y el triple que a otra persona del país, hay precios distintos para entrar a los museos, subir en teleférico, etc.. El hotel lo consideramos un robo legal., en adelante vigilaremos que esto no suceda, pero la verdad es que cuando estás hecho polvo lo que quieres es descansar y cerrar los ojos.
Bladimir.-
Cuando llegamos al refugio Makedonia, en la cadena montañosa de Pirin, fue un día realmente duro. El libro guía que llevábamos desde España, en inglés por supuesto, podía decir algo que no entendiera, pero lo que sí decía bien clarito es que desde el refugio Ribni Ezera hasta este de Makedonia se tardaban 4:30 y no 7:00 que fue lo que nos costó a nosotros. Cansados y con pocas levas (Lev = león, moneda nacional) en el bolsillo, un calor pegajoso durante todo el día por un camino realmente precioso que iba cresteando en un sube 500m y baja 400m. continuo. Lo menos que podíamos esperar es un guarda (jizar ? Hiza o XN3A significa refugio) déspota como había sido el jizar de la noche anterior. Habíamos llegado al refugio cuando, descansando en la puerta, con los pies embotados (nunca mejor dicho) por el calor apareció un hombre cano, pero joven, poca cosa aunque se apreciaban sus músculos, y lo que menos esperas, hablando sin parar y sin que ninguno de nosotros le entendiera. Pues bien, este hombre causó gran impresión en todos nosotros. Si hay personas que tienen halo, este lo tiene. Nos atendió como ningún otro guarda, nos dio de comer, cenar y alojamiento, hasta nos indicó el sitio donde poder bañarnos. Un arroyo a escasos metros de su refugio, bajaba por la ladera de la montaña formando un surco que la dividía en dos. Bladimir aquí va nuestro recuerdo por siempre.
Bansko.-
Dejamos a Bladimir y aunque nuestro corazón se negaba a abandonar la ruta, necesitamos dinero para poder seguir, pues aunque la vida es muy barata para los que manejamos euros, la verdad es que somos seis y los gastos se multiplican. Esta noche dormiremos en un gran hotel. Cuando salimos por la mañana nunca sabemos lo que nos espera por la noche, pero la aventura es la aventura. Esa noche sabíamos que la pasaríamos en Bansko pero no sabíamos que dormiríamos en un gran hotel, con piscina, jakuzzi, gimnasio, etc.. No es normal que nos demos estos lujos, pero esta vez así los hicimos y nadie dijo que no cuando lo propusimos, quizás el maltrecho tobillo de Victoria, el catarro de Patri que se había extendido a otros del grupo, la colitis de quienes se han puesto morados por comer ciruelas salvajes, todo nuestro viaje ha tenido siempre ciruelos salvajes de donde comer, lo cierto que todos vimos el cielo cuando apareció ante nosotros semejante paraíso. Bansko, Borovets, Melnik, que visitamos, así como otras ciudades están creadas para los turistas, muchos hoteles, mexanas (fondas o mesones), restaurantes, etc. que la mayoría de los búlgaros no pueden costearse. Un turismo incipiente local empezamos a notar. Como estaba España hace treinta años. De aquí subimos al segundo pico mas alto de Bulgaria, el monte Vihren 2914m. mas montañero que el Moussala, aunque tampoco reviste dificultad. Las paredes son mas verticales, ante nuestra vista aparece una mole en roca de seiscientos metros finales de altura. La bajada la hicimos por la cara norte, mas arriesgada, pero bajando con los cinco sentidos no pasó de ser un divertimento necesario en toda excursión.  
Las  zapatillas  de  deporte.- 
Otra  cosa que me llamó la atención fueron las botas de montaña que usan los búlgaros. Es muy fácil encontrarse con
gente por las montañas, hay mucha tradición en este pueblo, ver a la familia al completo
  es  normal. El abuelo con la nieta (abuelos con ochenta años), al padre con la
  madre  y los tíos. Esto justificaría la cantidad de "Hizas" que hay repartidas
  por  todo  el  país  y  casi todas con guarda. Lo que me sorprendió, decía, de
  ellos  es  que  rara  vez  veía  a  alguien   con  botas  de montaña, todos con
  zapatillas de deporte y no precisamente con suela Vibram.
  Cuando pasabas al lado de una persona le saludabas "Dober Dem"(buenos días) si
  llevaba  zapatillas  de  deporte sabías que era del país, si llevaba botas era
  guiri  como  nosotros.  En  Los  Ródopes  nos   dijeron  que  alemanes, checos,
  franceses,  ingleses y americanos habían pasado por allí pero españoles éramos
  los  primeros.  Así  que  allí  dejamos nuestro sello del club La Cordada ¡los
  primeros en pisar gente del Bajo Aragón!. A ver si cuestiona alguien si Teruel existe ahora.
El  "ne"  y  el  "da".- 
Bueno esto es la leche. Se nos complica la existencia mucho  a  los  españoles  cuando  viajamos  fuera, nuestro
conocimiento de los idiomas es bastante escasito, si vamos a China o  Japón lo llevamos peor, pero
  que  en  Europa  también  nos  encontramos con algo parecido si viajas a estas
  tierras.  En  el  idioma búlgaro podemos encontrar letras que significan igual
  pero  se escribe distinto, la "a" por ejemplo, también tenemos números como el
  3  que  es  una  "z".  El  alfabeto   búlgaro tiene su propia lectura, palabras
  comunes  con el griego y propias a la vez. Nos lo habían advertido, "el primer
  choque  que  encontrareis será EL IDIOMA". Y sí que lo fue, pero no tanto como
  cuando  les pides algo y te dicen "ne" (no) pero moviendo la cabeza asintiendo
  o  al contrario te dicen "da" (si) y negando con la cabeza. Lo que sin lugar a duda te confunde de narices.
  Así  que  en  un  restaurante  era  muy normal pedir pollo con patatas (pilé y
  cartofi) y decirte que "ne" pero con la cabeza te está diciendo que si, por lo
  que, si no estás al loro, te quedas sin cenar.
Tecno  Ezera.-
Significa "bonito lago" y la verdad es que cuando llegamos a la
  hiza  Tecno  Ezera  no habíamos andado mucho, veníamos de pasar la noche en la
  hiza  Denjanika  no  estábamos  cansados, pero el lugar era tan placentero que
  decidimos  quedarnos  a  contemplar  la  vista que nos rodeaba. Cuatro o cinco
  lagos  por debajo de este, montañas formando un circo rodeando el refugio, una
  hizar  que  no  tiene  pan,  pero  si  cerveza y "opchasca" ensalada a base de
  tomate,  pepinos,  cebolla  y  todo  esto  rociado por encima con queso fresco rallado a rebosar el plato.
  Lo  comemos  dentro  en  el refugio que no nos deja entrar con botas. El suelo
  está  cubierto con alfombras de esas tipo persas, un poco raídas pero limpias.
  Todo  un lujo que no estamos acostumbrados. Pensar que este lugar estará lleno
  de  nieve  durante  mas de seis meses no deja de tener morbo. Estamos a mas de
  2000m.  de  altitud y es el refugio mas pequeño que hemos visitado, solo tiene
  plazas para 30 personas. Así son las cosas por aquí.
Cinta  roja.-
Esto lo he incluido como tema porque me parece muy importante. Ya
  cuando  escribí  el artículo sobre las Dolomitas vi lo importante de llevar un
móvil  en  montaña, la necesidad de tener un aparato que cuando funciona y hay
  cobertura  puede  ser el mejor enfermero en caso de accidente, pues bien, este
  viaje  no puedo dejar de resaltar lo imprescindible que ha resultado una cinta
  plástica  de color rojo que lleva Javi. Con ella pudimos arreglar las gafas de
  Victoria, el reloj de Javi, la funda de la cámara de este, etc. Tanta utilidad
  tiene  que  lo pongo aquí para que a nadie se le olvide meter una en el macuto
  la próxima vez que salga al monte.  ¡Te sorprenderás!.
Las  ciudades.- 
Tuvimos  oportunidad  de  visitar   las  dos  ciudades  de mas
  población  en  el  país.  Una la capital Sofía y Plovdiv, situada en el centro
  geográfico.  En  las  dos  vimos  progreso, construcciones y rehabilitación de
  edificios en ruina. A diferencia de los edificios estatales en los pueblos que
  se  van cayendo indefensos. Grandes avenidas, grandes hoteles, grandes plazas,
  ciudades con proyección soviética pero que ahora, debido a la crisis del este,
  son incapaces de mantener los estados. Esto justifica lo abandonados que están
  los  museos,  los edificios estatales, las calles, los parques, etc. necesitan
  una  gran  inyección  de  dinero a base de creación de empresas, de puestos de trabajo.
  Dentro de esta situación conviven tiendas de las grandes marcas deportivas, de
  moda,  de  relojes,  de  joyas,  de  colonia, etc. y a precios europeos. Están
  pensadas para los turistas o los ricos que en todas partes hay, aquí también.
Los  Ródopes.- 
Antes  de llegar a Bulgaria habíamos previsto bajar por la E4,
  cadena  montañosa  que  va de norte a sur. Partiríamos de Sofía hasta llegar a
  Grecia  para  después  subir  y  recorrer una parte de la E3. Esta GR viene de
  Yugoslavia,  recorriendo  el  país  de E a W hasta las aguas del Mar Negro. Lo
  hemos  comentado  con montañeros del lugar, así como con José Luis y ambos nos
  aconsejan  que para hacer travesía con esquís en invierno es ideal, pero ahora
  puede  ser  un  abrasador,  que mejor vayamos a Los Ródopes, mas lagos, agua y
  bosque.  Hacemos  caso  de  sus  sabios  consejos   y  allí nos dirigimos desde
  Plovdiv.  Un  bosque de hayas, pícias, castaños, también ciruelos y avellanos.
  Un  bosque  de  frambuesas,  fresas  y  moras   que  vamos picando a medida que
  avanzamos.  Todo a nuestro alrededor es de color verde. Las montañas no tienen
  cimas,  es  una  prolongación  del  bosque que sube por las cuatro hipotéticas
  laderas  Un  desafortunado  accidente  de Oscar, lo que se podía llamar un mal
  paso,  le obliga a ir cojeando durante algo mas de dos kilómetros hasta llegar
  a  la  hiza que cada vez está mas lejos. La ruta es una maravilla, a ratos nos
  hemos  tenido  que  poner  el chubasquero, hemos pisado una calzada romana que
  poco  a poco irá desapareciendo por la vegetación  que sin control humano está
  creciendo por doquier. Nos alojamos en la hiza Persenk, el hizar que ha tenido
  que  encender  la  estufa.  nos  comenta  que tiene dos hermanas trabajando en
  España, una en Almería y la otra en Málaga, no le entendemos nada y no deja de
  hablar,  nuestra  cena va a ser diferente a la suya que será viendo un partido
  de  fútbol,  leche con raquilla (orujo del país muy rico) y tomate con pepino.
  Nosotros cenaremos lo único que parece tener, de primero opchasca y de segundo
  kebache, que es carne picada con especias en forma de salchicha, que cuando lo
  comes con hambre te gusta. En el pié de Oscar aparece una hinchazón del tamaño
  de un huevo, tomaremos unos días de descanso.
  Es increíble el gran conocimiento que tienen los hizar, los taxistas, así como
  la gente de a pié de la liga de fútbol española y sus jugadores.
Nosotros.-
¡Conocen a todos los jugadores mejor que nosotros!.
Aquí la televisión nacional apuesta poco por la creatividad y retransmite todo
  el  deporte que viene, y por lo que podemos observar de la liga española viene mucho.
José Luis.-
No puedo acabar este relato sin mencionar a un pequeño gran hombre
  que  nos  introdujo  en las costumbres del país. Conocido por Javi a través de
  Internet,   estuvimos   carteándonos  hasta  nuestra   llegada  al  aeropuerto.
  Cualquier  viejero  cuando llega a su destino es le alegra tener a alguien que
  le  espere  y  más si es un país del que no conoces nada. Para nosotros fue de
  una importante ayuda José Luis Polo, españolito de a pié que lleva
viviendo en Sofía dos años.
  Ya antes de nuestro encuentro había estado dando muestras de verdadero interés
  por nuestro viaje, en facilitarnos todo aquello que nos hiciera falta.
  De  cómo es José Luis baste decir que cuando llegamos al aeropuerto nos estaba
  esperando,  que nos había comprado planos de la zona que íbamos a visitar, que
  nos  había  comprado  levas  para que pudiéramos comer, que nos llevó hasta el
  autobús  que  nos  iba a trasladar a Borovets y que nos introdujo en las cosas
  atípicas que íbamos a encontrar.
  Después  le  conocimos mejor, nos acompañó a nuestra primera salida, la subida
  al  Moussala,  cuando  volvimos a Sofía, al final de nuestro viaje, nos dedicó
  parte  de  su  tiempo  en  enseñarnos  la ciudad, nos presentó a su corta pero
  próspera  familia,  nos  llevó a que viéramos "el mar de piedras", en Vitosha,
  montañas  que  dominan la capital. El mar de piedras es una antigua morrena en
  forma  de río que baja ladera abajo. Lo característico es que las piedrecillas
  de  granito  de  la  morrena  tienen  forma redonda y del tamaño dos metros de
  diámetro de media, ¡todo un espectáculo!.
  Le  quiero  dar las gracias a José Luis no por todo lo dicho anteriormente, ni
  porque nos dio su amistad desde el primer momento, se las quiero dar porque si
  no hubiera sido por el, después de pasar nuestro último día en la
montaña, con  los  pies  embotados  (me ha gustado esta palabrita), nos llevó a la casita de
  pastel,  como  en  el cuento, todo un edificio de tres plantas en Simeonenovo,
  pueblo  pegado  a  Sofía,  donde nos pusimos de pasteles, tarta helada, zumos,
  etc.  hasta las orejas. Desde entonces José Luis, que sepas, que tienes a seis
  españoles que no te olvidamos.
Bulgaria  bien merece una visita. Nos dejamos de ver un montón de cosas que la
  hacen  mas  turística,  cuevas, cascadas, ciudades, monumentos, sus vinos, las
  personas.  En  el 2007tiene prevista su entrada en Europa y habrá cambiado a mejor o peor, pero
  no importará, nosotros volveremos.
Quiero pedir perdón a los búlgaros si al transcribir el nombre de sus palabras
  o  de  las  ciudades  las  he  castellanizado   tanto que no se parecen, las he
  escrito tal cual han sonado a mi oído.

  Para La Cordada, septiembre de 2003.
  Francisco J. Ponz Zapater