Un grupo de montañeros de un club de Alcañiz se ponen en contacto
conmigo a través de internet, han visto algunas fotos mías de las montañas de Bulgaria, y
me preguntan sobre la posibilidad de hacer alguna travesía. Después de unos intercambios
de mails ya están decididos, y se presentan por aquí, y a tienen buena experiencia
montañera en varios países por lo que no es que me necesiten para nada, así que con un
par de mapas que les consigo y una bienvenida en el aeropuerto están de lo más felices y
contentos (foto 1), circunstancia que yo aprovecho para auto invitarme a acompañarles a su
primer objetivo "el Moussala" cima culminante del país (y de los Balcanes). (foto
2)
La ascensión a la montaña (foto 3), no plantea ningún problema técnico salvo los
1000 metros de desnivel que hay que subir desde la estación superior del telecabina de la
estación de Borovets, pero es una de esas montañas que con buen tiempo y buena compañía
es un disfrute tanto la subida como la bajada (foto 4)...
PD.-A continuación va el artículo original que se publico en la revista del club de montaña "La Cordada" de Alcañiz, sobre la travesía completa que realizaron cruzando los macizos de Rila y Pirín, y que tuvieron la gentileza de enviarme, creo que es muy interesante ya que lo que yo os cuento de Bulgaria, es la visión de alguien que vive en el país, mientras lo que ellos cuentan la visión del turista-viajero-montañero que llega a Bulgaria por primera vez y recorre el país por sus propios medios y las situaciones que viven...
Victoria, Sagrario, Javier, Patricio, Oscar y Paco han viajado el verano del 2003 por
las montañas de Bulgaria, recorriendo los caminos que en su día Carlomagno cruzó. Lo
que viene a continuación es un relato del viaje de estos seis socios del Club La Cordada.
El autor, a veces en tercera, otras en primera persona nos descubre una mundo subjetivo y
muy vivo, como es el pueblo búlgaro.
-Mi viaje por BULGARIA
Siempre que salgo de viaje pienso escribir una novela de las cosas que me pasan. Empezar
diciendo el primer día hice esto, el segundo lo otro y así hasta el final con un
epílogo de éxito por supuesto, a nadie le gusta perder. Para sentirte un desgraciado no
necesitas de nadie que te compadezca, que te diga ¡pobrecito!, lo que te convierte aún
en mas miserable. No voy a escribir ninguna novela esta vez, porque además de que no
estoy motivado, mi viaje a Bulgaria no ha sido una novela sino más bien un libro. Lo que
os voy a contar es el extracto del libro que escribí y después vosotros juzgareis si
merezco compasión o envidia.
Lola la Sefardí.-
No olvidaré nunca a esta mujer de edad mayor, pelo cano y muy guapa. Todo empezó cuando
nos disponíamos abandonar Borovets, estación de esquí invernal que ahora en verano
está un poco abandonada. Ciudad montada para guiris en medio de un bosque, macro hotel
ruso incluido, lleno de chiringuitos para cenar y tiendecillas de material deportivo.
Pensamos que ya estaba bien de tanta galbana y que ya era hora de empezar nuestra ruta de
varios días por las montañas de Bulgaria. El día anterior, segundo día de nuestra
estancia, habíamos subido al Moussala (2925 m) el pico mas alto del país. Un
teleférico, te quita mil metros pero luego te toca subir otros tantos. No ofrece ningún
problema, salvo el propio desnivel. Como decía, estamos saliendo de la ciudad hacia
nuestro objetivo el parque de Rila, una antigua Wolsvagen nos va a llevar a Samokov ciudad
de paso y allí buscaremos otro medio de transporte. Justo cuando va a salir, de rondón
se cuela una mujer mayor que viaja con su marido, lleva alguna joya, una bolsa de
plástico por maleta y nos va a acompañar en nuestro corto viaje. Empieza a hablar en un
español con acento italiano. Nosotros.- ¿Es Vd. italiana? Ella.- No. Hablo el viejo
español. Lo hemos aprendido de nuestros padres, somos de aquellos que fuimos echados de
España. Nos cuenta que nacieron allí y que cada verano vuelven a pasar unos días. Lola
se encargó de negociar nuestro viaje a Malyovitsa, (cerca de Samokov), por 5 levas nos
llevará hasta la entrada al parque, desde allí entraremos en Rila y sus montañas. Sobre
la marcha la discusión con el chofer va en aumento. El chofer nos quiere subir a 7 levas,
ya que 5, lo ha pensado mejor y se le hace barato. Lola nos dice que su marido que está
discutiendo con el chofer, le está diciendo "que no es hermoso lo que está
haciendo" (utilizo su misma expresión), al final se queda en 6 levas (500 Pts. de
las de antes), lo que sigue siendo una ganga para nosotros. Nos despedimos sonrientes de
la mujer y su marido que tan amable había sido y poco después lo hacemos del chofer con
cara de perro que coge nuestro dinero y se va.
Los Monasterios.-
Sabíamos que la bajada al monasterio de Rila iba a ser mala. En la cima del Moussala,
habíamos coincidido con otro grupo de montañeros / as de la Universidad de Murcia, ellos
venían de allí. Habían salido del monasterio justo por donde nosotros íbamos a bajar.
Nos lo habían advertido, ¡es horrible!. Lo veíamos en el plano que nos había comprado
José Luis, más adelante dedicaré un capítulo a este personaje, si se me permite
llamarle de esta manera, así y todo decidimos atacar este lugar bajando una cuesta
empinadísima de solo 1400m. llena de hierba y culebras. El día empezó con una subida de
1300m hasta el pico Malyovitsa, un sube y baja y un collado que permite ver el Monasterio
de Rila. Nosotros: ¡Allí abajo está, si se puede tocar con la mano!. Son las 14:30 y ya
vemos el monasterio donde también pensamos dormir. Sabemos que podemos hacerlo dentro del
monasterio, en una estancia de las muchas que tiene. Durante nuestro viaje tuvimos la
suerte de visitar dos monasterios de los muchos que tienen, pues aunque este país,
ocupado durante 500 años por los turcos y 100 por los rusos sigue teniendo una población
de religión ortodoxa principalmente, aunque también musulmanes y cristianos, estos
últimos actualmente en auge. Pienso que cuando una persona no tiene nada mas que pobreza
le queda el consuelo de los supraterrenal y para esto es necesario tener fe, creer en el
más allá. Después están los que viven de esta debilidad humana, pero esta materia no
la vamos a analizar ahora y sigo. Tanto el monasterio de Rila como el de Rozen, uno enorme
con cuatro plantas y el otro mas pequeño con dos, son dos fortalezas con paredes
irregulares que encierran una iglesia ortodoxa plantada en el centro del patio. La iglesia
llena de frescos, similares a los presentados en Rumania, con la escalera por donde se
descuelgan los que han pecado y caen al infierno, el cielo aparece como lo que es
necesario alcanzar con limosnas y plegarias y todos los santos que conocemos y alguno mas,
aparecen en los frescos que ocupan todos los rincones que se pueden pintar de las paredes
de la iglesia, es decir, toda ella está pintada por adentro y por afuera. La madera se
hace presente, siendo otro componente de decoración y de utilidad, escaleras, vigas,
tejados, puertas, techumbre, etc. está fabricado en madera. El interior de la iglesia con
enormes porta velas de bronce, a dos alturas. Los creyentes compran cirios de color ámbar
delgados y cortos en el quiosco de la puerta y los pinchan. Mas adelante supimos que si lo
ponen en la parte de arriba, es para una plegaria a un vivo y si lo pinchan en la ceniza
de la parte de abajo es por un muerto. El interior suele estar muy rico, aquí las
pinturas un poco ennegrecidas por la calefacción de leña que se pone en invierno y el
humo de los miles de velas siempre encendidas. Una característica de este religión
ortodoxa es que quien ha sido malote durante la vida terrenal no vale el arrepentimiento,
vas de cabeza al fuego de los malos. Así es que si estás pensando en cambiar de
religión o dejar de ser ateo, piénsatelo dos veces pues puedes vivir amargado el resto
de tus días si eliges esta, solo pensando lo que te espera. Las fuentes dentro del
monasterio son de mucha utilidad, pensadas para dar de beber al peregrino, hoy también lo
hacen con el turista o visitante. El de Rila tiene dos puertas que acceden al patio bajo
soportales, el de Rozen una sola y la puerta todavía tiene signos de balas, de otros
tiempos menos pacíficos. Ya se me olvidaba, desde el collado hasta el monasterio fueron
3:30 horas de ininterrumpida bajada en zig-zaj, lleno de resbalones por la hierba y lo
empinado del terreno, tuvimos suerte con las culebras, ese día estaban de paseo por otro
valle, antes de llegar una lluvia torrencial nos vino a refrescar. Calados hasta los
huesos y maltrechos de tanta bajada, nos alojamos en la ciudad-monasterio en el único
lugar que todavía tenía plazas. Después descubrimos el porqué. Un hotel caro y malo.
En Bulgaria es legal que a los extranjeros nos cobren el doble y el triple que a otra
persona del país, hay precios distintos para entrar a los museos, subir en teleférico,
etc.. El hotel lo consideramos un robo legal., en adelante vigilaremos que esto no suceda,
pero la verdad es que cuando estás hecho polvo lo que quieres es descansar y cerrar los
ojos.
Bladimir.-
Cuando llegamos al refugio Makedonia, en la cadena montañosa de Pirin, fue un día
realmente duro. El libro guía que llevábamos desde España, en inglés por supuesto,
podía decir algo que no entendiera, pero lo que sí decía bien clarito es que desde el
refugio Ribni Ezera hasta este de Makedonia se tardaban 4:30 y no 7:00 que fue lo que nos
costó a nosotros. Cansados y con pocas levas (Lev = león, moneda nacional) en el
bolsillo, un calor pegajoso durante todo el día por un camino realmente precioso que iba
cresteando en un sube 500m y baja 400m. continuo. Lo menos que podíamos esperar es un
guarda (jizar ? Hiza o XN3A significa refugio) déspota como había sido el jizar de la
noche anterior. Habíamos llegado al refugio cuando, descansando en la puerta, con los
pies embotados (nunca mejor dicho) por el calor apareció un hombre cano, pero joven, poca
cosa aunque se apreciaban sus músculos, y lo que menos esperas, hablando sin parar y sin
que ninguno de nosotros le entendiera. Pues bien, este hombre causó gran impresión en
todos nosotros. Si hay personas que tienen halo, este lo tiene. Nos atendió como ningún
otro guarda, nos dio de comer, cenar y alojamiento, hasta nos indicó el sitio donde poder
bañarnos. Un arroyo a escasos metros de su refugio, bajaba por la ladera de la montaña
formando un surco que la dividía en dos. Bladimir aquí va nuestro recuerdo por siempre.
Bansko.-
Dejamos a Bladimir y aunque nuestro corazón se negaba a abandonar la ruta, necesitamos
dinero para poder seguir, pues aunque la vida es muy barata para los que manejamos euros,
la verdad es que somos seis y los gastos se multiplican. Esta noche dormiremos en un gran
hotel. Cuando salimos por la mañana nunca sabemos lo que nos espera por la noche, pero la
aventura es la aventura. Esa noche sabíamos que la pasaríamos en Bansko pero no
sabíamos que dormiríamos en un gran hotel, con piscina, jakuzzi, gimnasio, etc.. No es
normal que nos demos estos lujos, pero esta vez así los hicimos y nadie dijo que no
cuando lo propusimos, quizás el maltrecho tobillo de Victoria, el catarro de Patri que se
había extendido a otros del grupo, la colitis de quienes se han puesto morados por comer
ciruelas salvajes, todo nuestro viaje ha tenido siempre ciruelos salvajes de donde comer,
lo cierto que todos vimos el cielo cuando apareció ante nosotros semejante paraíso.
Bansko, Borovets, Melnik, que visitamos, así como otras ciudades están creadas para los
turistas, muchos hoteles, mexanas (fondas o mesones), restaurantes, etc. que la mayoría
de los búlgaros no pueden costearse. Un turismo incipiente local empezamos a notar. Como
estaba España hace treinta años. De aquí subimos al segundo pico mas alto de Bulgaria,
el monte Vihren 2914m. mas montañero que el Moussala, aunque tampoco reviste dificultad.
Las paredes son mas verticales, ante nuestra vista aparece una mole en roca de seiscientos
metros finales de altura. La bajada la hicimos por la cara norte, mas arriesgada, pero
bajando con los cinco sentidos no pasó de ser un divertimento necesario en toda
excursión.
Las zapatillas de deporte.-
Otra cosa que me llamó la atención fueron las botas de montaña que usan los
búlgaros. Es muy fácil encontrarse con
gente por las montañas, hay mucha tradición en este pueblo, ver a la familia al completo
es normal. El abuelo con la nieta (abuelos con ochenta años), al padre con
la
madre y los tíos. Esto justificaría la cantidad de "Hizas" que
hay repartidas
por todo el país y casi todas con guarda. Lo que me
sorprendió, decía, de
ellos es que rara vez veía a alguien
con botas de montaña, todos con
zapatillas de deporte y no precisamente con suela Vibram.
Cuando pasabas al lado de una persona le saludabas "Dober Dem"(buenos
días) si
llevaba zapatillas de deporte sabías que era del país, si
llevaba botas era
guiri como nosotros. En Los Ródopes nos
dijeron que alemanes, checos,
franceses, ingleses y americanos habían pasado por allí pero españoles
éramos
los primeros. Así que allí dejamos nuestro sello
del club La Cordada ¡los
primeros en pisar gente del Bajo Aragón!. A ver si cuestiona alguien si Teruel
existe ahora.
El "ne" y el "da".-
Bueno esto es la leche. Se nos complica la existencia mucho a los
españoles cuando viajamos fuera, nuestro
conocimiento de los idiomas es bastante escasito, si vamos a China o Japón lo
llevamos peor, pero
que en Europa también nos encontramos con algo
parecido si viajas a estas
tierras. En el idioma búlgaro podemos encontrar letras que
significan igual
pero se escribe distinto, la "a" por ejemplo, también tenemos
números como el
3 que es una "z". El alfabeto
búlgaro tiene su propia lectura, palabras
comunes con el griego y propias a la vez. Nos lo habían advertido, "el
primer
choque que encontrareis será EL IDIOMA". Y sí que lo fue, pero
no tanto como
cuando les pides algo y te dicen "ne" (no) pero moviendo la cabeza
asintiendo
o al contrario te dicen "da" (si) y negando con la cabeza. Lo que
sin lugar a duda te confunde de narices.
Así que en un restaurante era muy normal pedir
pollo con patatas (pilé y
cartofi) y decirte que "ne" pero con la cabeza te está diciendo que si,
por lo
que, si no estás al loro, te quedas sin cenar.
Tecno Ezera.-
Significa "bonito lago" y la verdad es que cuando llegamos a la
hiza Tecno Ezera no habíamos andado mucho, veníamos de pasar la
noche en la
hiza Denjanika no estábamos cansados, pero el lugar era
tan placentero que
decidimos quedarnos a contemplar la vista que nos
rodeaba. Cuatro o cinco
lagos por debajo de este, montañas formando un circo rodeando el refugio,
una
hizar que no tiene pan, pero si cerveza y
"opchasca" ensalada a base de
tomate, pepinos, cebolla y todo esto rociado
por encima con queso fresco rallado a rebosar el plato.
Lo comemos dentro en el refugio que no nos deja entrar con
botas. El suelo
está cubierto con alfombras de esas tipo persas, un poco raídas pero
limpias.
Todo un lujo que no estamos acostumbrados. Pensar que este lugar estará
lleno
de nieve durante mas de seis meses no deja de tener morbo.
Estamos a mas de
2000m. de altitud y es el refugio mas pequeño que hemos visitado, solo
tiene
plazas para 30 personas. Así son las cosas por aquí.
Cinta roja.-
Esto lo he incluido como tema porque me parece muy importante. Ya
cuando escribí el artículo sobre las Dolomitas vi lo importante de
llevar un
móvil en montaña, la necesidad de tener un aparato que cuando funciona y hay
cobertura puede ser el mejor enfermero en caso de accidente, pues bien,
este
viaje no puedo dejar de resaltar lo imprescindible que ha resultado una cinta
plástica de color rojo que lleva Javi. Con ella pudimos arreglar las gafas
de
Victoria, el reloj de Javi, la funda de la cámara de este, etc. Tanta utilidad
tiene que lo pongo aquí para que a nadie se le olvide meter una en el
macuto
la próxima vez que salga al monte. ¡Te sorprenderás!.
Las ciudades.-
Tuvimos oportunidad de visitar las dos ciudades
de mas
población en el país. Una la capital Sofía y Plovdiv,
situada en el centro
geográfico. En las dos vimos progreso,
construcciones y rehabilitación de
edificios en ruina. A diferencia de los edificios estatales en los pueblos que
se van cayendo indefensos. Grandes avenidas, grandes hoteles, grandes plazas,
ciudades con proyección soviética pero que ahora, debido a la crisis del este,
son incapaces de mantener los estados. Esto justifica lo abandonados que están
los museos, los edificios estatales, las calles, los parques, etc.
necesitan
una gran inyección de dinero a base de creación de
empresas, de puestos de trabajo.
Dentro de esta situación conviven tiendas de las grandes marcas deportivas, de
moda, de relojes, de joyas, de colonia, etc. y
a precios europeos. Están
pensadas para los turistas o los ricos que en todas partes hay, aquí también.
Los Ródopes.-
Antes de llegar a Bulgaria habíamos previsto bajar por la E4,
cadena montañosa que va de norte a sur. Partiríamos de Sofía
hasta llegar a
Grecia para después subir y recorrer una parte de la
E3. Esta GR viene de
Yugoslavia, recorriendo el país de E a W hasta las aguas
del Mar Negro. Lo
hemos comentado con montañeros del lugar, así como con José Luis y
ambos nos
aconsejan que para hacer travesía con esquís en invierno es ideal, pero
ahora
puede ser un abrasador, que mejor vayamos a Los Ródopes,
mas lagos, agua y
bosque. Hacemos caso de sus sabios consejos
y allí nos dirigimos desde
Plovdiv. Un bosque de hayas, pícias, castaños, también ciruelos y
avellanos.
Un bosque de frambuesas, fresas y moras
que vamos picando a medida que
avanzamos. Todo a nuestro alrededor es de color verde. Las montañas no
tienen
cimas, es una prolongación del bosque que sube por
las cuatro hipotéticas
laderas Un desafortunado accidente de Oscar, lo que se
podía llamar un mal
paso, le obliga a ir cojeando durante algo mas de dos kilómetros hasta
llegar
a la hiza que cada vez está mas lejos. La ruta es una maravilla, a
ratos nos
hemos tenido que poner el chubasquero, hemos pisado una
calzada romana que
poco a poco irá desapareciendo por la vegetación que sin control
humano está
creciendo por doquier. Nos alojamos en la hiza Persenk, el hizar que ha tenido
que encender la estufa. nos comenta que tiene
dos hermanas trabajando en
España, una en Almería y la otra en Málaga, no le entendemos nada y no deja de
hablar, nuestra cena va a ser diferente a la suya que será viendo un
partido
de fútbol, leche con raquilla (orujo del país muy rico) y tomate con
pepino.
Nosotros cenaremos lo único que parece tener, de primero opchasca y de segundo
kebache, que es carne picada con especias en forma de salchicha, que cuando lo
comes con hambre te gusta. En el pié de Oscar aparece una hinchazón del tamaño
de un huevo, tomaremos unos días de descanso.
Es increíble el gran conocimiento que tienen los hizar, los taxistas, así como
la gente de a pié de la liga de fútbol española y sus jugadores.
Nosotros.-
¡Conocen a todos los jugadores mejor que nosotros!.
Aquí la televisión nacional apuesta poco por la creatividad y retransmite todo
el deporte que viene, y por lo que podemos observar de la liga española
viene mucho.
José Luis.-
No puedo acabar este relato sin mencionar a un pequeño gran hombre
que nos introdujo en las costumbres del país. Conocido por Javi
a través de
Internet, estuvimos carteándonos hasta nuestra
llegada al aeropuerto.
Cualquier viejero cuando llega a su destino es le alegra tener a
alguien que
le espere y más si es un país del que no conoces nada. Para
nosotros fue de
una importante ayuda José Luis Polo, españolito de a pié que lleva
viviendo en Sofía dos años.
Ya antes de nuestro encuentro había estado dando muestras de verdadero interés
por nuestro viaje, en facilitarnos todo aquello que nos hiciera falta.
De cómo es José Luis baste decir que cuando llegamos al aeropuerto nos
estaba
esperando, que nos había comprado planos de la zona que íbamos a visitar,
que
nos había comprado levas para que pudiéramos comer, que
nos llevó hasta el
autobús que nos iba a trasladar a Borovets y que nos introdujo
en las cosas
atípicas que íbamos a encontrar.
Después le conocimos mejor, nos acompañó a nuestra primera salida,
la subida
al Moussala, cuando volvimos a Sofía, al final de nuestro viaje,
nos dedicó
parte de su tiempo en enseñarnos la ciudad,
nos presentó a su corta pero
próspera familia, nos llevó a que viéramos "el mar de
piedras", en Vitosha,
montañas que dominan la capital. El mar de piedras es una antigua
morrena en
forma de río que baja ladera abajo. Lo característico es que las
piedrecillas
de granito de la morrena tienen forma redonda y
del tamaño dos metros de
diámetro de media, ¡todo un espectáculo!.
Le quiero dar las gracias a José Luis no por todo lo dicho
anteriormente, ni
porque nos dio su amistad desde el primer momento, se las quiero dar porque si
no hubiera sido por el, después de pasar nuestro último día en la
montaña, con los pies embotados (me ha gustado esta palabrita),
nos llevó a la casita de
pastel, como en el cuento, todo un edificio de tres plantas en
Simeonenovo,
pueblo pegado a Sofía, donde nos pusimos de pasteles, tarta
helada, zumos,
etc. hasta las orejas. Desde entonces José Luis, que sepas, que tienes a
seis
españoles que no te olvidamos.
Bulgaria bien merece una visita. Nos dejamos de ver un montón de cosas que la
hacen mas turística, cuevas, cascadas, ciudades, monumentos, sus
vinos, las
personas. En el 2007tiene prevista su entrada en Europa y habrá
cambiado a mejor o peor, pero
no importará, nosotros volveremos.
Quiero pedir perdón a los búlgaros si al transcribir el nombre de sus palabras
o de las ciudades las he castellanizado
tanto que no se parecen, las he
escrito tal cual han sonado a mi oído.
Para La Cordada, septiembre de 2003.
Francisco J. Ponz Zapater