Hay lugares por los que se pasa, que en principio no tienes
pensado ni parar, mucho menos hacer un escaner con ellos, pero en cualquiera de
esos lugares inesperados, donde menos uno lo espera, en un momento puntual, por
cualquier razón, topas con algo curioso, que te hace la gracia suficiente como
para parar y disfrutar de ese lugar. Eso es lo que nos pasó en Neustadt
cuando íbamos a esquiar a un pueblo cercano, y es que había "nieve a montones",
en el sentido más literal de la frase. A mi me gusta la nieve, y he visto muchos
pueblos nevados, pero es que este lugar estaba sepultado por la nieve, la nevada
era apocalíptica, y había prácticamente que escalar para pasar de un lado a otro
de la plaza del pueblo (ver fotos 1 a 6).
Yo no se si alguien tiene fotos con tanta nieve, pero yo aun no me lo creo, y
aquí quedan esas fotos para el recuerdo. Por lo demás la población se veía muy
tranquila, con sus iglesias y casas restauradas (foto 7), y un poste que
recordaba que este lugar era una vieja parada de postas, y marcaba las
distancias hasta distintos lugares de la comarca (foto 8)...