Cuando se llega a Cabo Norte, no hay que tener mucha prisa, ya que la gracia
consiste es asomarse a los acantilados a las 12 de la noche, en teoría cuando es
de noche, y aquí para ver cuan levantado sigue el sol. Así que nos instalamos
(foto 1) y plantamos nuestra tienda de campaña con tranquilidad. No hay ningún
problema de espacio, el cabo norte de una inmensa meseta costera (foto 2), y
cenamos a la luz del sol (foto 3).
A las 12 es cuando se empiezan a reunir todos los que hasta aquí llegamos (foto
4), para disfrutar del magnífico espectáculo del "sol de medianoche" (fotos 5 y
6), que aquí no se pone nunca de Mayo a Julio, y a cualquier hora de la noche el
sol brilla en nuestras caras de felicidad (fotos 7 y 8).
En la (foto 9), tomada de un póster, se puede apreciar perfectamente el
recorrido diario del sol en Cabo Norte, y como desciende y asciende sin llegar a
ocultarse tras el horizonte.
Dicen que el Cabo Norte es un lugar espiritual, una espiritualidad que emana de
sus acantilados verticales y paisaje austero (fotos 10 a 15), la verdad es que
si te sientes bien, muy tranquilo, relajado, pero sobre todo satisfecho y
orgulloso por haber llegado hasta aquí en familia. Ya no nos queda más que
celebrarlo, descorchando unas pequeñas botellitas que champán que trajimos para
la ocasión (foto 16)...