Cabo Norte. Finnmark. Noruega

Julio 2011

Cuando se llega a Cabo Norte, no hay que tener mucha prisa, ya que la gracia consiste es asomarse a los acantilados a las 12 de la noche, en teoría cuando es de noche, y aquí para ver cuan levantado sigue el sol. Así que nos instalamos (foto 1) y plantamos nuestra tienda de campaña con tranquilidad. No hay ningún problema de espacio, el cabo norte de una inmensa meseta costera (foto 2), y cenamos a la luz del sol (foto 3).
A las 12 es cuando se empiezan a reunir todos los que hasta aquí llegamos (foto 4), para disfrutar del magnífico espectáculo del "sol de medianoche" (fotos 5 y 6), que aquí no se pone nunca de Mayo a Julio, y a cualquier hora de la noche el sol brilla en nuestras caras de felicidad (fotos 7 y 8).
En la (foto 9), tomada de un póster, se puede apreciar perfectamente el recorrido diario del sol en Cabo Norte, y como desciende y asciende sin llegar a ocultarse tras el horizonte.
Dicen que el Cabo Norte es un lugar espiritual, una espiritualidad que emana de sus acantilados verticales y paisaje austero (fotos 10 a 15), la verdad es que si te sientes bien, muy tranquilo, relajado, pero sobre todo satisfecho y orgulloso por haber llegado hasta aquí en familia. Ya no nos queda más que celebrarlo, descorchando unas pequeñas botellitas que champán que trajimos para la ocasión (foto 16)...