Cuatro años en el Trópico, y uno se olvida de las estaciones, se
olvida que existe el invierno, la primavera o el verano, y es que allí el tiempo
nunca cambia. Pero en Europa, y más concretamente al norte de Europa, las
estaciones son bien marcadas, y te cambian la forma en la que vives en la
ciudad. Llegamos a Berlín en verano, y disfrutamos del sol y del baño en los
lagos, y ahora nos encontramos en otoño, la caída de las hojas de los árboles es
general y se tiene que disfrutar de ella (foto 1), y de los miles de colores de
verde diferentes en los parques (foto 2).
En Berlín todo el mundo te dice que disfrutes cada día de sol otoñal como si
fuera el último, por si acaso cambia rápidamente de estación y llega el frío
invernal. Pero no ha sido el caso de este año, donde disfrutamos de un largo y
soleado otoño, paseamos por muchos parques, dimos de comer a los patos (foto 3),
pero sobre todo alucinábamos con los cambios cromáticos de los árboles (foto 4),
de la tranquilidad de un paseo en bicicleta (foto 5), cruzar un puente (foto 6),
ver un atardecer (foto 7), sentarse en un banco (foto 8), o pasear con los niños
un domingo por la mañana (foto 9).
Todas estas fotos y muchísimas más las hicimos en varios días en Tiergarten, un
gran parque en el centro de la ciudad de Berlín, donde encontrareis
absolutamente de todo, desde lógicamente un zoológico como indica su nombre
(Tier = animal , garten = jardin)), hasta mercados de antigüedades, restaurantes, o una curiosa
exposición permanente de antiguas farolas de diferentes ciudades de Alemania
(foto 10)...