El castillo-fortaleza de Predjama sorprende porqué está perfectamente
integrado en el paisaje, colgado sobre las rocas, y entre dos grandes grutas (foto 1). Utiliza
las partes habitables de ellas, a base de tallar escalones y pasadizos en la piedra, por lo
que su superficie habitable y utilizable es inmensa, y a la vez secreta y de difícil
acceso desde el exterior.
Está en un entorno natural privilegiado (foto 2), y la belleza con que se construyó en el
siglo XIII, es apreciable en numerosos detalles (foto 3).
Se puede visitar el interior, donde se conserva gran parte del mobiliario antiguo de las
salas y las alcobas, adornos, utensilios de cocina (foto 4), y también se puede acceder a las
diversas grutas desde el interior, donde se puede distinguir las que se utilizaban para el
esparcimiento, la guerra, la bodega, o los calabozos con sus instrumentos de tortura (foto
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