La población de Sánchez, se ubica al fondo de la bahía de
Samaná, y por tanto es la primera localidad a la que se accede si se llega por
carretera a esta península.
Antiguamente fue un importante puerto desde el que embarcaban sus productos
todas las provincias norteñas en un ferrocarril ya inoperante, por lo que toda
la riqueza de la zona pasaba por aquí. Como testigos de este rico pasado
comercial, sólo quedan hoy unos viejos edificios victorianos que son muy fáciles
de buscar alrededor de la pequeña y colorida iglesia (foto 1). Estas
nostálgicas edificaciones están hoy en muy mal estado (fotos 2, 3 y 4), pero
todas habitadas ( foto 5).
La verdad es que era muy agradable pasear buscando estas casas, eso sí con
muchísimo cuidado por que te pueden caer encima, parece que la pesca del
camarón, que es de lo que vive ahora esta población, no es capaz de devolverle
el esplendor de antaño...