Y la otra cosa que me pareció espectacular de Palermo, fue la Cappella
Palatina del Palazzo dei Normanni o palacio de los normandos, que se encuentra
cerca de la catedral en un lugar elevado que ya desde el tiempo de los fenicios
se usó para la construcción de castillos y fortalezas. Su origen actual es el de
un castillo árabe abandonado por un emir en el 938 y ocupado por los normandos.
Posteriormente modificaron la construcción los españoles, por lo que todo el
conjunto ha quedado como una exquisita fusión de arte y arquitectura árabe,
normanda, bizantina y siciliana.
Hay que pagar para entrar, y además hay que hacer una buena cola, pero vale la
pena. Los patios interiores, los mosaicos, y sobre todo la cappella palatina que
era una capilla privada dentro del palacio. Las partes más antiguas son las que
contienen los mosaicos, y el ábside y la cúpula son bizantinos con la imagen
dominante del Pancrator (Cristo en el acto de la bendición). Los mosaicos de la
parte posterior representan escenas del Génesis, mientras que en los pasillos
son escenas de las vidas de los santos Pedro y Pablo.
La influencia islámica es patente en el fabuloso techo de madera tallado con
cedro del Líbano. La influencia romana y normanda se aprecia en los suelos de
mármol y piedra (fotos 1 a 15)...