Desde Grecia para entrar en Bulgaria, o mejor dicho para antiguamente
evitar que los "malos" Búlgaros entraran en territorio griego, hubo dispuestos
en los lugares estratégicos que dominaban las entradas de los valles fronterizos, una
serie de fortalezas y castillos (kastros) que protegían a las gentes de estas tierras
fértiles.
Hoy de ellos solo quedan las ruinas, como estas de la población de Sidirokastro, desde las
cuales se dominan ya las montañas búlgaras en la lejanía (fotos 1 y 2).
Las ruinas del castillo (foto 3), se sitúan en una loma rocosa excavada por el río Kroussovitis sobre la población, por lo que desde el se tiene una vista estupenda de la
ciudad de Sidirokastro...