Bajando del Monte Sinaí y
llegando al valle, ya se puede ver el Monasterio de Santa Catalina desde donde
en la madrugada iniciamos la ascensión, pero no vimos ni visitamos por ser de
noche (fotos 3 a 6). Está construido en el lugar en el que la tradición supone
que Moisés vio la "zarza que ardía sin consumirse". Es uno de los monasterios
más antiguos que siempre ha estado habitado, y pertenece a la Iglesia ortodoxa
autónoma del Monte Sinaí que depende de la iglesia ortodoxa de Jerusalén.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2002, es simplemente un
lugar impresionante (fotos 7 a 11).
Su nombre se debe a Santa Catalina de Alejandría, una mártir cristiana
sentenciada a morir en la rueda de la tortura.
El monasterio ha perdurado en el tiempo, en parte a las tremendas
fortificaciones que posee, y que lo protegieron de diferentes intentos de
dominación. Hasta hace poco su acceso al interior era por una puerta elevada en
el muro de defensa, pero ahora ya tiene varias puertas de entrada (fotos 12 y
13). Su conjunto lo forman una serie de huertos para hortalizas y verduras en el
exterior (foto 14), y en el interior destaca su basílica de tres naves y unas
torres (foto 15), y una mezquita fatimí que evitó que todo esto fuera destruido
durante la dominación musulmana, aunque curiosamente esta mezquita nunca ha sido
usada y se encuentra cerrada , ya que "por error" no está orientada a La
Meca.
Fue construido entre los años 527 y 565, y conserva la supuesta "zarza"
original (fotos 16 a 18), lo que convierte a este monasterio en un lugar sagrado
para las tres grandes religiones monoteistas: judaísmo, cristianismo e Islam.
También es de gran importancia su valiosísima y antigua biblioteca, que guarda
la segunda colección más extensa de códices y manuscritos del mundo, solo
superada por la Biblioteca Vaticana, con volúmenes escritos en griego, copto,
árabe, armenio, hebreo, georgiano, siriaco, etc. Incluyendo un documente
supuestamente del puño y letra del mismo Mahoma concediendo protección al
monasterio...