Tbilisi. Georgia

Junio 2006

Voy a empezar por el final el relato de nuestro paso por Georgia, o sea por la conclusión, por la idea y las impresiones que nos han quedado del país. Y se puede resumir de una manera muy sencilla, "Nos encantó, nos lo hemos pasado muy bien, y sin duda volveremos...".
Habíamos pospuesto el viaje dos veces por disturbios políticos, y revueltas sociales. Había leído sobre la incomodidad de viajar por el país por la multitud de controles policiales y militares que solo buscaban sacar dinero, problemas con las fronteras y dificultades para la obtención de visa...pues bien, todo eso pertenece al pasado: ciudades y poblaciones tranquilas, gente amable y hospitalaria, ningún control "fantasma" en las carreteras, ni siquiera es necesaria visa (por lo menos para Europeos), así os encontrareis la nueva Georgia.
Esto no quiere decir que Georgia no tenga problemas políticos, fronterizos y sociales de todo tipo, que los tiene, pero no afectaran a un turista más que en cualquier otro país, y no hay ningún problema para recorrerlo por las zonas no-conflictivas.
La capital es Tbilisi y cuenta con un millón y medio de personas. Si bien desde las colinas que la rodean ofrece el típico aspecto de ciudad soviética de horrorosos edificios clónicos de cemento (foto 1). Si nos introducimos en sus calles veremos que son anchas avenidas por las que se circula sin problemas, tanto automóviles como peatones. Encontraremos todos los edificios típicos de una capital, su Ayuntamiento (foto 2), el Parlamento (foto 3), que aun conserva los escudos de la era soviética, teatros (foto 4), Museos, y hasta nos podremos dar un baño en los antiguos baños sulfurosos (foto 5), también catedrales, sinagogas, cafés, modernos bares y restaurantes de diseño que comparten espacio con las tradicionales refresquerías a base de agua carbónica con sabores dulces de jarabes (foto 6), tiendas de ropa de todas las marcas occidentales, junto al tradicional Tsum o gran almacén de los tiempos en que Georgia pertenecía a la Unión Soviética.
Pero el mayor símbolo de modernidad se apreciaba por la noche, una gran torre de comunicaciones domina e ilumina la ciudad. Dicen que su Presidente en una visita oficial a París quedó tan impresionado por la iluminación de la Torre Eiffel, que quiso algo igual para Tbilisi (foto 7)...