Hace tiempo que queríamos ir a Bogotá, y hace tiempo que tengo un "amigo
virtual" bogoteño. Un día le escribo, y le digo !Que vamos a Bogotá¡. En seguida
me contesta feliz ofreciéndome su casa. Le devuelvo el mail agradeciéndoselo,
pero le comento que ahora que somos cuatro en la familia, tal vez sería
complicado y molesto para el por lo que preferimos ir a un hotel. Pero ahí
empezaron los problemas, ya que es imposible en Venezuela , país rico y
petrolero, pero con un férreo control cambiario de corte cubano que impide la
libre adquisición de dólares, e impone unos absurdos (yo diría criminales) cupos
de gasto por familia y año reservar o comprar nada. ?Yo os pregunto?, o mejor
dicho le pregunto al Sr. Ministro de Economía venezolano, como puedo con 400US $
al año, reservar una semana de hotel, comprar una laptop, o un miserable
teléfono, o cualquier cosa que quiera.
Ante imposibilidad de reservar nada con mi cupo asignado, vuelvo a escribir a mi
amigo en Bogotá y le explico el caso. Unos días más tarde nos recibía en el
aeropuerto y nos llevaba a su casa, incluso Marco y Ana podían utilizar sus
peluches (foto 1).
Nuestro amigo Benjamín, vive en Usaquén. Esto antes era un pueblito de las
afueras de Bogotá, hoy está totalmente absorbido por la gran urbe, pero aun
conserva ese aroma de pueblo con calles empedradas (foto 1), y su plaza
porticada con casas de techos de teja (foto 3).
Otro ejemplo de como era Usaquén a principio de siglo, lo tenemos en la Casa
Santa Clara construida en 1904 (foto 4), lo curioso del caso es que para ver
esta casa no debéis ir a Usaquén, sino al Cerro Monserrate que domina Bogotá, y
a donde fue trasladada en 1979, hoy funciona como restaurante...