Liechtenstein, es uno de esos países que parecen sacados de un libro de
cuentos. Situado en un fértil valle verde con su castillo colgado sobre las montañas (foto
1), y donde se respira paz y tranquilidad por todos sus rincones, pero es un país tan
real, que su producto interno bruto "per cápita", es el más alto del mundo, seguido por Luxemburgo (también ocupado en la banca), y Brunei (petróleo).
Desde la posición privilegiada de este castillo (foto 2), que no se puede visitar, por ser
la residencia del príncipe Hans Adam II de Liechtenstein, seguro que él si
puede ver y controlar la mayor parte de su país de 31.000 habitantes.
Una vez nos ponemos a sus pies, o sea debajo de su castillo, podemos pasear por su limpia
capital, Vaduz, no hay mucho que hacer, ver su iglesia católica (foto 3), o pasear por el
centro peatonal (foto 4), para comprar postales, recuerdos de nuestro paso por este
minúsculo país, o sentarse en una terracita y tomar algo al sol...