La Plaza de Wenceslao, es el centro comercial y político de la ciudad de
Praga, el lugar al que todos acuden en tiempos de júbilo o agitación nacional.
No es especialmente bonita, ni siquiera peatonal. Con sus 750 metros de larga,
más parece una avenida (fotos 1 a 4). En ella se encuentra el Museo Nacional
(foto 5), y el monumento que le da nombre, la estatua de San Wenceslao (fotos 6
y 7), en la plaza ya había habido una estatua del santo patrono desde el siglo
XVII, pero la original se trasladó a Vysehrad en 1879, y la que la sustituye es
de 1924, así como las demás estatuas que la rodean que son otros santos de la
región de la Bohemia.
Lo que si tiene la Plaza de Wenceslao, es historia: Originalmente fue un mercado
de caballos establecido por Carlos I en 1340, pero cuando se colocó la estatua
de Wenceslao, en seguida se convirtió en el punto de todas las manifestaciones
patrióticas, en 1918, los checos clamaron aquí por su independencia del fenecido
imperio austro-húngaro, y más recientemente en 1968 acudieron por millares a
protestar contra la invasión soviética del país, tras finalizar con invasión
rusa la llamada "Primavera de Praga".
El nombre "Primavera de Praga", alude a la sensación de renovación que pareció
impulsar a la Checoslovaquia perteneciente al bloque soviético comunista, a una
era de libertad en 1968. Comenzó cuando el eslovaco Alexander Dubcek, sustituyó
a Antonin Novotny como secretario general del Partido Comunista. Sus ideas
reformistas sorprendieron a los soviéticos. Sugirió convertir a Checoslovaquia
prácticamente en un estado socialdemócrata, con ideas tales como la libertad de
asociación, o la abolición de la censura, llegó incluso a proponer la
"democratización del parlamento". Con esta inesperada disminución del control,
florecieron las artes, comenzaron a circular libremente las ideas, y hasta los
periódicos se atrevían a publicar artículos antisoviéticos que anteriormente
eran pasaporte seguro a la cárcel, así el dulce viento de la libertad soplaba a
lo largo y ancho del país.
Pero se acabó, el régimen de Moscú no toleró tal desafío del partido. Este no
solo era indeseable en si mismo, sino que estaba sentando inquietantes
precedentes para otros países del bloque del Este, y el 21 de Agosto de 1968
invadieron Checoslovaquia con 500.000 efectivos ocupando la Plaza de
Wenceslao con un considerable derramamiento de sangre.
Hoy en día en la plaza quedan algunos edificios de interés, como el Café-Hotel
Evropa (foto 8), construido en estilo art nouveau a principios del siglo XX, y
varios cafés y terracitas donde tomarse un helado, o comerse unas salchichas
(foto 9), y por supuesto como ha sido desde siempre asistir asistir a los
eventos relevantes, en estos días que se celebraba la Copa del Mundo de Hockey
sobre hielo, se retransmitían en vivo en pantalla gigante los partidos de la
selección Checa (foto 10)...