Entre lo mucho que hay que ver en Palermo, hay por lo menos dos cosas que
merecen un escaner entero para cada una. La primera son las Catacumbas dei
Cappuccini, una de las atracciones más grotescas y macabras de Sicilia, y
seguramente de toda Italia, en donde se encuentran expuestos los cadáveres de
unas 8000 personas con los trajes de época con los que fueron enterrados en
diferentes estados de conservación, y clasificados por género, estrato social y
profesión : sacerdotes, monjes, arzobispos, algunos encapuchados, otros con
sombrero de chistera, campesinos, mujeres, niños, familias, hasta hay una
sección para las "vírgenes" (fotos 1 a 18).
Cada uno tendrá su estómago y a cada uno le impresionará de una manera, pero os
aseguro que a nadie deja indiferente, pasillos y pasillos llenos de esqueletos
con las cabezas dislocadas, caras momificadas retorcidas en muecas y gritos
congelados en el tiempo. El polvo y las telarañas hacen el resto para que todo
parezca una película de terror.
Los métodos que se han utilizado para conservar los cuerpos son diversos: baños
de arsénico, cirugías para dejar solo huesos, piel , cabello y uñas, desecación
curtiéndolos con vinagre y secándolos al sol, etc. Pero la momia que más
impresión causa es la de la niña Rosalía Lombardo, de dos años de edad que murió
en 1920, y cuyo cabello rojizo y piel de color miel se conservan a la perfección
(fotos 15 a 17), desgraciadamente su embalsamador, un médico local se llevó el
secreto de su exitosa técnica a su propia tumba...