Pero a lo que se viene al Hato Piñero es a ver animales, para
eso se realizan dos excursiones diarias a diferentes partes del Hato. Una en la
mañana temprano y otra por la tarde en la que se espera que se haga de noche que
es cuando los felinos como los leopardos o jaguares salen a cazar, y es cuando
hay más posibilidades de ver alguno. Las excursiones se realizan un camión
preparado al efecto como si fueras a un safari, perfecto para el avistamiento de
cualquier especie animal o vegetal. En el se va cómodamente sentado en el
exterior (foto 1), no tan cómodo es si se tiene que soportar un aguacero
tropical, pero bueno, "la aventura es la aventura" (foto 2).
Menos jaguares (pues no tuvimos mucha suerte con eso), vimos de todo: ciervos
los hay a cientos (foto 3), también depredadores como los lobos o zorros (foto
4). Los chigüires, que son las ratas más grandes del planeta (del tamaño de un
jabalí) los hay por miles, son gregarios, y siempre van en manadas, pudiéndote
acercar bastante a ellos sin que se asusten (fotos 5, 6 y 7).
Mamíferos no solo los hay por el suelo, hay que mirar también en los árboles,
porque aparte de muchas especies diferentes de mono vimos por ejemplo este
bonito Oso hormiguero (foto 8).
Rapaces, vimos de todas las especies (fotos 9 y 10), y jugábamos a ver quien las
identificaba primero con la ayuda de un libro de aves con ilustraciones. Al
tercer día ya reconocíamos fácilmente bastantes de ellas por sus nombres, y no
era novedad ver una hermosa garza, o garzón soldado (foto 11), o una con pico de
espátula, adivinar porqué se lama así (foto 12). Otras especies ya era más
difícil de adivinar que eran (foto 13), pero para eso llevábamos un
biólogo-naturalista que nos hacía amena la excursión con sus explicaciones.
En definitiva un sitio muy espectacular, un sitio totalmente recomendable e
imperdible para quien pase por Venezuela. A quien le guste la naturaleza, los
animales, la fotografía, el disfrutar al aire libre con la familia, la reserva
de animales en libertad que han creado aquí es simplemente sorprendente.
Pero todo esto está en peligro, las revoluciones están en contra de los
latifundios, aunque sean reservas ecológicas, y pesa sobre ella una
expropiación, como ya ha ocurrido con otras reservas de animales importantes en
el país, si termina por ocurrir desaparecerá el único lugar en Venezuela en el
que se puede encontrar tigres o jaguares, y los venados ya no correrán
libremente y a cientos. En los días que pasamos en el Hato, vino una inspección
del Instituto de Tierras Venezolano sin avisar. Clausuraron y precintaron las
oficinas del hato solo porque no estaba el administrador. Respetaron a los
visitantes, pero teníais que ver la cara de los empleados y sus comentarios
sobre lo que pasa y el futuro negro que les espera...